El despoblamiento de las zonas rurales ha ido incrementando con el paso de los años en Castellón. La falta de servicios básicos y la ausencia de inversiones ha provocado que algunas localidades de la provincia fueran deshabitadas y pasaran a la historia castellonense como pueblos abandonados.

Por ello, descubre con Mediterráneo las localidades que durante un tiempo estuvieron habitadas. En sus calles tan solo quedan silencio y nostalgia cuando un día tuvieron vida.

Biblioj

Situado en la comarca del Alto Mijares y muy próximo a Villahermosa del Río. Biblioj era un pequeño municipio montañoso que estaba localizado al lado del pico más alto de la provincia, el Penyagolosa.

El Rul

El Rul está emplazado en el término de Zucaina, muy próximo al barranco de Santa Ana. Estaba compuesto por doce viviendas y carecía de diversos servicios, por lo que esta pequeña aldea quedó deshabitada en el año 1972 cuando la última familia que quedaba se marchó.

Les Alberedes

Les Alberedes era una pequeña localidad situada en el Valle del Río Cuba, al lado de Portell de Morella. Este río hace de frontera entre la provincia de Castellón y la de Teruel. Sin embargo, en el año 1988, el municipio perdió a su último vecino, por lo que ahora tan solo quedan un par de pequeñas casas en ruinas, mientras la naturaleza se va haciendo paso en sus calles.

La Saranyana

La Saranyana es otro de los municipios de la provincia que un día quedaron deshabitados. Emplazado en la comarca de Els Ports, era una pedanía de la localidad de Todolella que conformaban entre ambas un mismo municipio “Todolella y Saranyana”.

Campos de Arenoso

En la Comarca del Alto Mijares, se encontraba Campos de Arenoso. Sin embargo, a mediados de la década de 1970 una inundación producida por el Embalse de Arenós le llevó a su desaparición. Actualmente, su término municipal es repartido entre Puebla de Arenoso y Montanejos desde que se decidió en el año 1974.