El torero del Grau de Castelló, Álvaro Amores, ha sido homenajeado por sus paisanos y la afición taurina por el 35 aniversario de su alternativa. Un hito muy recordado, puesto que tuvo lugar en la plaza de toros de Castelló en la corrida de Beneficencia de 1986, doctorándose de manos de Ruiz Miguel en presencia de Lucio Sandín y en la que acabó abriendo la puerta grande. 

Imagen del torero Álvaro amores durante su trayectoria profesional.

El cariñoso reconocimiento tuvo lugar en la plaza de la Virgen del Carmen, que se llenó hasta la bandera para pasar una jornada de gran ambiente, con música en directo incluida, en la que no faltaron sus familiares, amigos y muchos aficionados que todavía recuerdan las hazañas de este torero de finales de los años 80 y principios de los 90. En el acto acudieron también Mary Carmen Ribera, teniente alcalde del Grau, o los concejales Vicente Guillamón e Isabel Granero.

Aunque crecido en el Grau de Castelló, Amores es natural de Barbate, lo que le llevó a establecer estrechos lazos con su maestro, Francisco Rivera “Paquirri”, con quien compartió cuatro años de su vida en la famosa finca Cantora, hasta la desgracia de Pozoblanco. 

Una dilatada trayectoria

Álvaro Amores fue muy querido en su tierra, Castellón, donde salió a hombros en ocho ocasiones, siendo el triunfador de las ferias de 1988, 1990 y 1993. 

Imagen del merecido homenaje.

Llegó a torear en Sevilla y confirmar la alternativa en Las Ventas de manos de Pedro Castillo, con Miguel Rodríguez, de testigo y toros de Juan Luis Fraile. No se prodigó mucho por las ferias pero sí se cuajó en la zona del Levante, toreando en plazas como Barcelona, Vinaròs, Tarragona, Valencia o Palma de Mallorca. Su última corrida la toreó en Barbate en el año 2003 y cortó cuatro orejas y un rabo. 

Álvaro Amores, muy bien acompañado.