Quienes advirtieron que el descenso de denuncias de violencia género durante los peores meses del estado de alarma era irreal y escondía una violencia contenida que volvería a aflorar nada más se moderaran algunas de las medidas más restrictivas no se equivocaron. Así lo confirman los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que revelan que durante el segundo trimestre de este año se contabilizaron en Castellón 426 denuncias de malos tratos. Se trata de un 9% más que en el mismo periodo del 2020, cuando fueron 391, unos meses en los que para las víctimas fue más complicado interponer denuncias. Y eso que, pese al estado de alarma y al confinamiento, los juzgados competentes en violencia de género, siguieron funcionando al haber sido declarados de carácter esencial por el CGPJ.
Las 426 denuncias interpuestas en Castellón entre abril y junio (en los seis primeros meses de este 2021 suman 792) ya son más que las registradas en el segundo trimestre del 2019, un periodo en el que los casos de malos tratos que llegaron a los juzgados se elevaron a 412. Y con las órdenes de protección ocurre algo muy similar: de abril a junio de este año fueron 100 en la provincia, de las que se aceptaron un total 86.
Más denuncias, mas órdenes de protección y también más condenas. En los juzgados de la provincia fueron enjuiciados en este mismo periodo de tiempo 109 personas, de las que 107 (un 98,2%) resultaron condenadas.
La violencia contra la mujer ha vuelto a repuntar en Castellón y en el conjunto de la Comunitat el alza todavía es más importante. Las 5.656 denuncias registradas en el segundo semestre del año suponen un 14,1% más que en 2020 y el territorio valenciano se sitúa el segundo con la tasa más alta del país (21,8 por cada 10.000 mujeres), solo superado por Baleares.
Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, explicó que las cifras demuestran que «durante los meses más duros de la crisis sanitaria no hubo una disminución real de la violencia machista, sino que esta permaneció oculta como consecuencia del confinamiento» e insistió en la necesidad de no bajar la guardia y que el entorno más cercano a las víctimas denuncien. «Es fundamental seguir trabajando como hasta ahora con el objetivo de erradicar esta lacra» dijo.
