Castelló y València están unidas desde ayer con ocho expediciones de autobús con la activación de las tres nuevas circulaciones de refuerzo impulsadas desde la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad para paliar los problemas que sufren los trenes de Cercanías y que siguen sin solución a corto plazo.
Los usuarios pudieron ayer percibir ya esta mejora de las frecuencias para desplazarse entre la capital de la Plana y la autonómica, con parada en Vila-real, y una duración que oscila entre los 75 y los 90 minutos.
El conseller del área, Arcadi España, reiteró que «para el Consell es un compromiso firme e indudable que los vecinos y vecinas de todo nuestro territorio puedan desplazarse a diario en condiciones adecuadas, de una forma cómoda, eficiente y respetuosa con el entorno y el medio ambiente», respondiendo así a las carencias de los Cercanías, con acciones similares en otras líneas entre València y las comarcas de La Safor, La Costera y La Ribera.
Y es que, desde el Gobierno central siguen sin materializarse nuevas acciones para mejorar el servicio ferroviario. El último anuncio por parte de la Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, consistió en elaborar un nuevo plan sobre le ejecución de la inversión y la situación exacta del núcleo de València, tal y como recogió entonces este diario.
Problemas en la C-6
Mientras tanto, ayer volvieron a repetirse los retrasos en la línea C-6 que une Castelló y València. A primera hora de la mañana, una avería en la infraestructura interrumpió la circulación entre Burriana y Almenara y causó supresiones y graves retrasos que llegaron a superar la hora, también en trenes de Media y Larga Distancia, o obligando a realizar el trayecto por carretera en el caso del AVE. Por la tarde era un incendio próximo a las vías el que requería limitar el paso de trenes a una única vía, alterando una vez más la puntualidad, para enfado de los usuarios, que reclamaban a la compañía, ajena en este caso a la incidencia, una mejor información tanto en estaciones como en los convoyes.
Situaciones como esta comportan una pérdida de viajeros de hasta el 40% en la última década, pues en 2010 se rozaban los 10 millones en la C-6.