El Periódico Mediterráneo

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LOS RETOS DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

El sector cerámico de Castellón reduce sus emisiones un 61% en las últimas cuatro décadas

La industria nunca ha dejado de lado la innovación para mejorar la eficiencia

Imagen de maquinaria en una fábrica cerámica.

La Unión Europea aprobó hace dos años el Pacto Verde, que tiene como principales objetivos convertirse en zona climáticamente neutra de aquí al 2050, además de una disminución de emisiones de gases contaminantes del 55% para el 2030. Para establecer ese baremo se toma como punto de referencia el nivel de emisiones registrado en 1990. Si en vez de ese año se hubiera optado por una década antes, ahora mismo en la cerámica no sería necesario cambiar el gas natural por otras fuentes alternativas hasta mediados de siglo.

La investigadora del área de Sostenibilidad del ITC Ana Mezquita reveló que la reducción de emisiones de CO2 por metro cuadrado fabricado era de 14,2 kilos en 1980, mientras que en el 2020 fue de 5,6 kilos. Esto supone un descenso del 61%. La clave para esta disminución se debe a la revolución tecnológica que supuso el cambio del fuelóleo por el gas natural, que llegó en los años 80. «A partir de los 90 siguieron reduciéndose las emisiones, y siempre se ha seguido trabajando en mejorar la eficiencia», añadió. Ejemplos de esta voluntad del sector azulejero son la incorporación de los sistemas de cogeneración, los métodos para reaprovechar el calor residual o la adopción de nuevos quemadores que ayudan a regular mejor el consumo de gas natural. De hecho, desde 1990 a nuestros días la reducción de las emisiones ha sido del 26%. Una porcentaje notable, aunque lejos del objetivo al que obliga Europa.

Detalle de la evolución tecnológica del sector azulejero. G. Espinosa

Sin margen

La investigadora reconoció que con el uso del gas natural «hay ya poco margen de maniobra y estamos cerca del límite máximo» de la eficiencia con esta fuente energética. De ahí que ahora se estudien alternativas como el biogás, la electrificación de los hornos o el hidrógeno verde, que en los últimos meses se ha convertido en una de las opciones más mencionadas en el sector.

Para el secretario general de Ascer, Alberto Echavarría, «nunca ser el primero de la clase ha servido para tan poco, porque el cambio de tecnología adoptado en los 80 nos penaliza ahora», si bien apuntó que las medidas adoptadas en ese momento ayudaron a mejorar la rentabilidad y contribuyeron de forma decisiva a elevar la producción. De los 119 millones de metros cuadrados de hace cuatro décadas se llegó a los 578 tan solo 20 años más tarde.

Ana Mezquita también puso de manifiesto «el esfuerzo de inversión» del empresariado, que continuamente ha adoptado nuevos sistemas. En sus conclusiones detalló que, en estos momentos, «mayores reducciones de emisiones de CO2 solo serán posibles con relevantes cambios tecnológicos, que aún están en fase de investigación». Por su parte, la directora general de Cambio Climático de la Generalitat, Celsa Monrós, indicó en el inicio de la jornada que los fondos europeos de reconstrucción «deben ser la oportunidad para llevar a cabo este cambio», si bien reconoció que hay poco tiempo y la tecnología es escasa. 

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