Pasar de puntillas por los expedientes que se aprueban en la Comisión del Buen Gobierno de la Diputación de Castellón le ha jugado una mala pasada al equipo de gobierno provincial. Tanto que la institución que preside José Martí, ha tenido que recular, aplicando el famoso refrán de Donde dije digo, digo Diego. Y todo por un lienzo de Francisco Franco, obra del pintor Soler Blasco y que forma parte de un conjunto de bocetos que la familia del artista iba a ceder a la Diputación para incrementar la colección de bienes históricos y artísticos del Museu de Belles Arts. Nadie se dio cuenta en un primer momento de que entre las 19 obras había un cuadro del Generalísimo y, aunque la comisión aprobó por unanimidad la recepción de las obras, finalmente el equipo de gobierno ha rectificado y ha dejado la aceptación de las piezas sobre la mesa.
Con los votos a favor de todos los miembros de la Comisión del Buen Gobierno (de ella forman parte PSPV-PSOE, Compromís, PP y Ciudadanos, los cuatro partidos con representación en la corporación), la institución provincial dio luz verde el pasado martes a la donación de diversas piezas artísticas (11 grabados, diversas pinturas y obras de cerámica) para incrementar la colección de bienes histórico-artísticos de la Diputación. Entre esas obras, y según ha podido saber Mediterráneo, figuraba un conjunto de bocetos que le sirvieron a Soler Blasco para pintar los frescos que adornan la Sala de Recepción de la plaza de Les Aules. En la colección destaca un retrato del rey Jaume I o un dibujo del arco romano de Cabanes, pero también se incluía un boceto del general Franco que ilustra la entrada del ejército nacional a Vinaròs. Un dibujo que le sirvió al pintor como base para elaborar uno de los murales que antaño decoraban el salón noble del palacio provincial y que, ya en la democracia, el propio artista sustituyó por el escudo de la provincia.
Vuelta atrás el mismo día
Casi nadie en la comisión se percató de que entre las obras cedidas se incluía un cuadro de Franco y fue después de la votación cuando los diputados del equipo de gobierno se dieron cuenta de que habían dado el ok a un retrato del dictador. ¿La consecuencia? Ese mismo día, la Junta de Gobierno, integrada por 7 diputados del PSPV y 2 de Compromís, decidió dejar sobre la mesa la recepción de las obras.
En esa resolución de la Junta de Gobierno de la Diputación fue determinante la opinión de la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, diputada de Memoria Democrática y, además, voz de peso tanto en el PSPV de Ximo Puig como en el equipo del recientemente elegido secretario general del PSPV en la provincia, Samuel Falomir.
El equipo de gobierno provincial ha dado marcha atrás y ahora está por ver qué pasará con el resto de obras artísticas que completan el catálogo y que nada tienen que ver con Franco.
