Las formaciones que sustentan el gobierno de la Generalitat, PSPV, Compromís y Unides Podem, decidieron en el mes de diciembre llevar a cabo los preparativos de una nueva tasa que grava al turista que visita el territorio autonómico a partir del 2023. Y son los grupos del Botànic en Les Corts los que deben detallar cómo se deberá aplicar. A la espera de que se concrete cómo piensan aplicar esta medida, el sector turístico pasa a la acción y ha creado una campaña que, con el título de No a la tasa turística, recoge el descontento de agrupaciones de empresarios, partidos políticos y particulares, para contar con unas 1.900 adhesiones en apenas unos días.
Si uno observa la tabla en vigor en Cataluña, que cobra entre 0,60 y 1,20 euros en la mayoría de alojamientos en hoteles, cámpings, apartamentos o casas rurales, se puede calcular que en Castellón se recaudarían unos 6 millones de euros al año, teniendo en cuenta que en el conjunto del 2021 se registró un total de 5,98 millones de pernoctaciones.
Entidades
La iniciativa en contra de la tasa, impulsada desde la patronal autonómica Hosbec y la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), también tiene su eco en Castellón. Entre las organizaciones que han manifestado su repulsa a la tasa están la patronal Ashotur, la Cámara de Comercio o el club de producto turístico del interior, Temps. Desde Ashotur su vicepresidente y también presidente de la CEV en Castellón, Luis Martí, afirma que son «malos tiempos para la economía cuando se toman decisiones en función de ocultos pactos partidistas, falsos argumentos y larvados prejuicios».
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Castellón, Dolores Guillamón, expresó que, al igual que el resto de cámaras de la Comunitat «se adhiere a la petición de no cobro de la tasa». Mientras, el presidente de Temps, Joaquín Deusdad, afirmó que es «el momento de estar unidos, ya lo estamos pasando mal para comenzar ahora con más impuestos».
Otros de los firmantes en la página web habilitada al efecto son trabajadores y directores de establecimientos de la provincia. El secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, no ha firmado el manifiesto, pero sí están reflejadas sus opiniones contrarias a este pago a los visitantes. «Parece que la tasa turística se plantea como un castigo para que el sector purgue sus supuestos pecados, y el coste reputacional negativo que podría suponer es innecesario».
Diálogo
Ante el debate planteado, el president de la Generalitat, Ximo Puig, volvió ayer a manifestarse en el mismo sentido en el que ya lo hizo el pasado 18 de enero en Castelló. «Desde luego para mí no es prioritaria en absoluto». Para el jefe del Consell, «en estos momentos la gran prioridad de la agenda valenciana es la superación de la pandemia y la recuperación económica y social», pero consideró lógico que los grupos parlamentarios desarrollen la medida, «siempre desde el diálogo con todos los actores que participan en esta cuestión».
No parece opinar lo mismo la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, quien se mostró «respetuosa» con la negociación y defendió que la tasa «es una cuestión de equidad, porque los valencianos cuando vamos fuera la pagamos y ellos cuando vienen, no».
La actividad del sector, un 25% por debajo del 2019
Los negocios vinculados al turismo todavía tienen una larga travesía por delante para volver a los niveles previos a la pandemia. El 2021 concluyó con unos números sensiblemente mejores a los del primer año del coronavirus, pero en Castellón todavía se está un 25% por debajo de los números del 2019.
La suma de pernoctaciones en hoteles, apartamentos, cámpings y casas de turismo rural fue de casi seis millones en el pasado año, dos menos que en periodo anterior al covid. En cuanto a los viajeros, de estar a punto de alcanzar los dos millones en el 2019 se pasó a 1,42 millones en el recién acabado ejercicio. Desde Hosbec destacaron que peor le fue a los hoteles, con una pérdida del 32,4 de viajeros y un 38% de pernoctaciones. «Los viajeros nacionales fueron los que han tirado una vez más del carro», señalan desde la organización. Además, inciden en que la plantilla de trabajadores «se redujo un 35,8%, siendo la media anual de 1.480 empleados, con 824 trabajadores menos».
Los empresarios constatan que el predominio del turismo nacional aportan a Castellón una caída menor que en otros destinos de la Comunitat, aunque a medio plazo hay que recuperar el objetivo de incrementar la presencia de visitantes extranjeros. Para ello, el aeropuerto de Castellón espera que este año se reanuden las conexiones internacionales previstas.
Los alcaldes no piensan aplicar la tasa
El debate está en Les Corts y a lo largo de este año tiene que procederse al desarrollo de la norma, pero cuando el acuerdo entre los grupos del Botànic establece que es una actuación de carácter municipal y voluntario, por lo que la última palabra será para los ayuntamientos. Los que tienen más plazas hoteleras reiteran que no tienen intención de aplicarla. El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, mencionó que están «del lado del sector, que debe recuperarse de la pandemia». En Alcalà, el primer edil, Francisco Juan, señala que en esta localidad, que tiene el núcleo costero de Alcossebre «no tenemos previsto aplicarla». Por su parte, la alcaldesa de Orpesa, Araceli de Moya, destaca que la medida «pondrá obstáculos a la recuperación y solo tiene un mero afán recaudatorio». Por último, en Benicàssim la munícipe, Susana Marqués, consideró que este cargo «es una barbaridad y no lo pensamos aplicar».
