Este Jueves Santo falleció, a los 108 años, Carmen Clausell Morales, una auténtica luchadora que pudo gozar de una longeva vida.

Cuando Carmen nació todavía faltaban meses para que comenzara la Primera Guerra Mundial. El Titanic se había hundido solo un año antes y el mundo aún estaba maravillado por la primera transmisión telefónica sin hilos, que se había producido entre Nueva York y Berlín. Lo ha vivido todo: la pandemia de gripe de 1918, la guerra civil, el franquismo, el coronavirus… Y es que tenía 108 años, una de las 178 personas que según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) superaba el siglo de vida en Castellón.

Carmen Clausell, en el centro de mayores de Vila-real. Mediterráneo

La de Carmen, que vino al mundo el 28 de diciembre de 1913 en Almassora, es una historia singular, ya que habla de una persona con un estado físico y de salud privilegiado. Hasta los 90 años vivió sola en su casa de la calle Gumbau de Castelló. Solo a partir de entonces necesitó de la ayuda de otra persona para asumir las tareas de la casa. Y no fue hasta noviembre del 2020, en plena pandemia, cuando ya fue trasladada al centro de mayores Virgen de Gracia de Vila-real, donde está interna actualmente. “Nadie adivinaría su edad; no tiene ni una arruga”, explica María Jesús Espadas, una familiar.

Imagen de Carmen Clausell varias décadas atrás. Mediterráneo

Llegó a la capital de la Plana por el trabajo de su padre, que era carpintero. En la ciudad aprendió a bordar y enseñó a hacerlo a bastantes alumnas. Pero también se hizo muy conocida entre los castellonenses por ser la taquillera del Teatre Principal. No solo vivió en Castelló, también estudió en Madrid y Barcelona, y vivió un tiempo en Francia, todo ello antes de la guerra civil.

La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, la felicitó con motivo de su 102 cumpleaños. Mediterráneo

Tuvo dos hermanas, nunca se casó, pese a que estuvo a punto, y no ha tenido descendencia. Hasta su último día se mantuvo fuerte, le gustaba hablar y recordar sus años de juventud, anécdotas de un Castelló de casas bajitas y de costumbres olvidadas.

Hace pocos meses al preguntar por su secreto para vivir tantos años, una familiar respondió por ella que: “Siempre se duchaba con agua fría”.

El pasado jueves 14 de abril, Carmen Clausell Morales nos dejó. Descanse en paz.