Las empresas demandan una Formación Profesional ajustada a las necesidades del mercado laboral y que los procesos para su implantación sean menos rígidos. El mercado laboral presenta un desajuste pues aunque la tasa de paro está próxima al 12% en algunos sectores resulta difícil encontrar personal cualificado.
Desequilibrio
En ese sentido, desde la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) el presidente en Castellón Luis Martí n considera que «un importante problema estructural es el desequilibrio entre los niveles de cualificación de la población trabajadora y las necesidades futuras del mercado laboral. De hecho detrás de ese desequilibrio puede estar gran parte del desempleo juvenil que tenemos».
«La FP adquiere, en este contexto, una importancia estratégica para la competitividad de nuestro tejido productivo y para la empleabilidad de las personas. Necesitamos una formación más acorde con las necesidades empresariales», manifiesta Martí.
Agilidad en el diseño de ciclos
En ese sentido, señala, el Catálogo Nacional de las Cualificaciones que sirve de base a los títulos de formación profesional en el ámbito educativo y a los certificados de profesionalidad en el ámbito laboral es bastante rígido en cuanto a los contenidos y lento en cuanto a su actualización. Al sistema le falta agilidad en el diseño de los ciclos. Desde que se detectan las necesidades hasta que se diseñan los ciclos las necesidades han cambiado, añade.
Innovación
Otro aspecto que apunta es que «la FP tiene que incorporar más innovación, hacerlo con la agilidad que los sectores productivos necesitan y contando con el apoyo del tejido empresarial».
Ajustar oferta y demanda
Desde la Cámara de Comercio, Javier Valls califica de «amplia y variada la actual oferta», si bien considera que «hay que ajustar oferta y demanda». «No nos podemos permitir tener puestos de trabajo sin cubrir por falta de profesionales y, a su vez, una tasa de desempleo elevada, pero con perfiles no adecuados para satisfacer las necesidades de la empresa», señala.
"No nos podemos permitir tener puestos de trabajo sin cubrir por falta de profesionales y, a su vez, una tasa de desempleo elevada, pero con perfiles no adecuados para satisfacer las necesidades de la empresa»
Y ¿qué ajustes deberían hacerse? Valls considera «necesario incrementar las plazas más solicitadas y que tienen asegurada la salida profesional y, al contrario, reducir -no necesariamente eliminar- las que tienen menos demanda y, además, mayores dificultades de inserción».
Poner en valor las profesiones que generan empleo
«Hay que atraer alumnos hacia aquellas profesiones que generan empleo y ponerlas en valor. Nos encontramos con determinados ciclos que, asegurando un porcentaje muy elevado de inserción laboral, no son capaces de cubrir todas las plazas que ofertan. Lo vemos cada día más en mecánica, madera, etc. Aquello que, tradicionalmente, llamábamos de mono azul. Hay oficios que peligran por falta de profesionales y que siguen siendo necesarios. Por ejemplo, un caso que preocupa a las empresas del sector de la madera y el mueble, son los carpinteros», ejemplifica Valls.
Innovación y formación del profesorado
A su vez, reflexiona, «más que nuevos ciclos, que exige un proceso lento de desarrollo e implantación, hay que ser ágiles en la incorporación de las innovaciones, las nuevas tendencias y necesidades en los programas formativos de los diferentes ciclos. Posiblemente, la implantación de la formación dual facilitará este proceso al adquirir el alumno los conocimientos, en parte, dentro de la empresa», considera.
Para conseguir esto, apunta, hay que favorecer la actualización permanente del profesorado para que sea capaz de estar a la vanguardia de las novedades que precisan las empresas. Asimismo, considera que hay que contar con la colaboración de las pyme (el 90% del tejido provincial) en el proceso formativo. Además, urge a potenciar los cursos de especialización --los llamados másters de la FP-- en aquellas especialidades más solicitadas. Un ejemplo de éxito es el IES Caminàs, que ha puesto en marcha los cursos de especialización en big data e inteligencia artificial y en ciberseguridad, ampliando la formación adquirida en los ciclos.
Falta de vocaciones y fracaso escolar
Por parte de Ascer, por ejemplo señalaban que si bien la oferta es la adecuada para el sector, los principales obstáculos con los que se encuentran las empresas industriales en general y las del sector en particular es la falta de suficientes egresados, tanto por la falta de vocaciones orientadas a las cualificaciones industriales como por el fracaso escolar de parte de quienes inician estos estudios.
Desajustes
Según los datos facilitados por la Conselleria de Educación la tasa de ocupabilidad de la FP en la Comunitat se sitúa en el 42%, pero mientras que el 52,4% de las personas tituladas en un grado superior está trabajando un año después de su graduación, en el medio el porcentaje cae al 35,4%.
Los ciclos con más salidas
En el caso de Castellón, los grados que mejor empleabilidad tienen son todos los relacionados con el sector industrial, el sector químico, el de energía y Agua, sanidad, carpintería y mueble.
Un 60% de las plazas sin cubrir
No obstante, cerca del 30% de las 16.464 plazas ofertadas este curso se quedaron sin cubrir. Un ejemplo, en Madera y Mueble y Edificación solo se cubrió el 40%, en Cerámica, Electricidad o Fabricación Mecánica el 60%.
Nueva ley de FP
Toni Gil, presidente de la asociación de directores, valora que la nueva ley estatal de FP se está aplicando gradualmente, sobre todo en la dual, que da más autonomía a los centros públicos para la gestión, ya que antes tenía un exceso de burocracia. Señala que a nivel autonómico debería seguir la aplicación práctica de la normativa de flexibilización de la FP y las convocatorias de Innovación de la FP.
Por su parte, el Consell de la Joventut de Castelló valora positivamente la intención de dar mayor importancia a la FP con la nueva ley orgánica. Sin embargo, reivindica que las prácticas o la situación de becarios de los estudiantes de ciclos formativos no se utilice como explotación laboral encubierta o fomento del trabajo precario. Por ello, ven necesario un estatuto del alumnado para evitar usos fraudulentos o abusivos.
