El peso de las exportaciones a Argelia constituye apenas el 0,5% de todo lo que vende España en el exterior, pero este porcentaje es muy superior en el caso de Castellón. De hecho es la segunda provincia en volumen de ventas, superada solo por Barcelona.
Los datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex), muestran que el importe alcanzó un total de 187,9 millones de euros en el 2021, con lo que Argelia fue el décimo cliente de Castellón. Más de la mitad tiene que ver con el clúster cerámico. Las fritas y esmaltes, con destino a la industria azulejera argelina, con 88,7 millones de euros, copan el 47,2% de las exportaciones. El sector ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años.
El segundo sector con mayores ventas es la cerámica, aunque a una distancia considerable. En este caso la evolución es descendente, ya que tal y como señalan desde la patronal Ascer, «ha sufrido una caída del 63% en los últimos años debido a las diferentes barreras arancelarias que se han ido sucediendo». La lista se completa con productos como materiales de obra y productos relacionados con la maquinaria cerámica.
Otro aspecto a tener en cuenta es el relacionado con la balanza comercial, ya que las importaciones de Argelia a Castellón se limitaron en el 2021 a 41,3 millones de euros. Esto significa que las exportaciones multiplican por 4,5 a unas importaciones lideradas por los abonos para la agricultura.
En cuanto al primer trimestre del 2022 se detecta un enfriamiento, con una reducción de ventas del 11,2% respecto al mismo periodo del año anterior.
Puerto
La incertidumbre también afecta a la actividad de PortCastelló. Su presidente, Rafa Simó, explica que Argelia «es el décimo mercado en el 2021, con 500.000 toneladas, y en el presente año es el tercer mercado en el apartado de contenedores». Además, «la proximidad geográfica motiva que haya dos líneas regulares».
«Estamos pendientes de ver cómo puede afectar la situación al tráfico de mercancías en los próximos meses»
Para el dirigente de la autoridad portuaria los nuevos problemas diplomáticos «nos preocupan, porque afectan directamente al volumen de actividad de nuestras instalaciones, y porque perjudican a nuestra principal actividad económica, como es la cerámica». Por esta razón «estamos pendientes de ver cómo puede afectar al tráfico de mercancías en los próximos tiempos».
