El fuego de Bejís obligó a reubicar el puesto de mando y redujo su respuesta

Mientras se trasladaba hasta Jérica cuatro llamadas al 112 advirtieron de la proximidad de las llamas a la autovía y al ferrocarril Sagunt-Zaragoza

El tren afectado, en la estación de Caudiel, con las llamas del incendio al fondo.

El tren afectado, en la estación de Caudiel, con las llamas del incendio al fondo. / ANDREU ESTEBAN

Laura Ballester

El «inusual desarrollo y evolución del incendio» de Bejís «fuera de toda capacidad de extinción» obligó a reubicar el puesto de mando avanzado (PMA) de Bejís a Jérica durante la tarde del 16 de agosto. Justo cuando se recrudeció el incendio, que pasó de avanzar a 44 hectáreas por hora a 951 hectáreas por hora. 

Un cambio de ubicación que, a juicio de la Guardia Civil, afectó a la capacidad de respuesta del puesto de mando avanzado. «Indudablemente el PMA, durante el tiempo empleado en el desmontaje, traslado y posterior montaje en su nueva ubicación, no pudo funcionar al cien por cien de sus posibilidades, pese a que el director del mismo permaneciera en todo momento en comunicación con el resto de unidades que intervenían en la emergencia». 

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Burriana llega a esta conclusión en el atestado para el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 Segorbe que investiga las lesiones a los pasajeros del tren València-Zaragoza que se adentró en el incendio la tarde del 16 de agosto. 

El incendio se detectó por el Centro de Coordinación de Emergencias a las 15.55 horas del 15 de agosto. El puesto de mando avanzado se constituyó a las 18.21 horas en la piscina de Bejís. A partir de las 14.40 horas del 16 de agosto «se produce una evolución explosiva del incendio» que llevó al director del puesto de mando a decidir la evacuación de la población de Bejís (se inicia a las 14.51 horas) y de Torás (15.48 horas). 

También se decidió el traslado del puesto de mando «ya que el lugar donde se encontraba no era apropiado atendiendo a la evolución del fuego». El PMA de Bejís queda desmontado a las 16.30 horas y «el convoy con los distintos vehículos que integran el PMA» llega a Jérica «sobre las 17.30 horas». A las 18 horas decide evacuar la población de Teresa. 

En este mismo espacio de tiempo el fuego avanza y se aproxima de forma peligrosa a la via ferroviaria Sagunt-Teruel y a la autovía mudéjar A-23. Cuatro llamadas al 112 alertan de la proximidad del fuego a ambas infraestructuras que no levantan ninguna alerta hasta que es demasiado tarde. La primera advertencia fue la de una agente de prevención de incendios forestales, ubicada la tarde del 16 de agosto en los Altos del Ragudo, con la misión de «comunicar a la central de prevención de incendios las novedades del incendio». Pasadas las 16 horas, detectó el fuego «en la partida de Monleón» calcula que a un kilómetro de las vías. Realizó varias fotografías y las envió a la Central de Prevención de Incendios Forestales, aunque explícitamente no comunicó la proximidad del fuego sobre las vías del ferrocarril. Esta agente detectó a las 18.08 horas cómo el tren se adentra en el incendio. 

A las 16.33 horas un conductor que circulaba por la A-23 en dirección a Teruel alertó que «en algún punto entre Barracas y Viver el fuego se encuentra aproximadamente a 1 km de dicha vía en línea recta». El alcalde de Barracas también alertó al 112, a las 17.30 horas, de que el incendio llega a su término municipal e informa que «se ve humo y llamas donde lindan los términos de Torás, Bejís y Barracas». A las 18.04 una persona que viajaba en el tren llama al 112, pero «su mensaje no se recibe con claridad y queda en espera hasta las 18.18 h». A las 18.08 es cuando Adif advierte al 112 del «fuego al lado de las vías».  

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