A sus 71 años de edad, Rufino Monferrer es una de las personas más activas de Vistabella. Cada día camina más de 10 kilómetros, se acerca al Mas de Gascó donde realiza diversos trabajos, y vuelve al municipio con la caída del Sol. Nadie diría que hace pocos meses estaba en diálisis esperando un trasplante de riñón, pero Rufino sabe que ha vuelto a la vida.

Durante cuatro más de cuatro meses, este jubilado tenía que bajar cada dos días hasta Castellón para su tratamiento de diálisis. Aunque el viaje era gratuito y compartía taxi con un enfermo de Xodos con quién hizo mucha amistad, Rufino se dió cuenta de que necesitaba un trasplante para volver a su vida normal. "Yo no tenía miedo, pero no podía pasear ni hacer mis cosas", dijo.

Por ello, se inscribió para recibir un riñón y en cinco meses, el pasado 6 de noviembre, lo llamaron para operar. "Estoy muy agradecido, me gustaría poder hablar con el donante porque me encuentro mejor que nunca", aseguró Rufino. "Supongo que tengo un riñón mucho más joven que yo, porque soy uno de los trasplantados más viejos de Castellón", subrayó.

Rufino ha tenido suerte, puesto que en la provincia de Castellón hay más de 200 personas esperando un donante.