El presidente de Caja Rural Castellón, Ignacio Ferrer Ros de Ursinos, ratificó ayer que la entidad no llevará a cabo ninguna política de fusiones con otras entidades debido a la buena situación económica y social por la que atraviesa hoy en día.

Ros de Ursinos hizo estas declaraciones en el transcurso de la cena que tuvo lugar anoche en el hotel Intur para celebrar el centenario del nacimiento de la Caja Rural Castellón que en la actualidad dispone de 11.000 socios "que son los verdaderos dueños de esta entidad" y alrededor de 50.000 clientes.

El presidente recordó la "difícil competencia del sector financiero nacional y el grado de satisfacción de nuestros clientes que demuestra que el futuro sólo nos presenta mayores posibilidades de crecimiento, basadas en unas raíces sólidas y un excelente equipo humano capacitado para afrontar todos los retos".

Por su parte, el director general de Caja Rural Castellón, Antonio Abelló, leyó el acta de fundación de esta entidad financiera que se remonta al 20 de diciembre de 1903 e hizo hincapié en "su espíritu de servicio y progreso". Recordó, también, que se trata de la única entidad financiera castellonense que mantiene su carácter local "sin haberse integrado en procesos de fusiones como los que han registrado el resto de bancos y cajas".

INICIATIVAS En su discurso, Abelló recordó la labor de Caja Rural Castellón en los procesos urbanísticos de la ciudad como en el soterramiento de la vía o la Ciudad del Transporte y su implicación en la sociedad de la capital de La Plana en las que ha plasmado sus características de proximidad, gestión profesionalizada y oferta de productos competitivos.

Finalmente, la Caja quiso rendir tributo a dos presidentes y dos directores generales, así como al pueblo de Castellón. Luis Felip Sales, Francisco Pardo Pascual, Antonio Dols Sacristán, José Manuel Albiol Goterris y José Luis Gimeno Ferrer, en representación de todos los vecinos, recogieron la medalla de oro de la entidad.