Castellón ha sido un pueblo tradicionalmente agrícola, con profusión de aquellas típicas entradas de carros en las casas, lo que determinó el inicio de los clásicos vados. Por parte municipal se han concedido históricamente este tipo de licencias, por lo general, con excesiva generosidad, con el añadido de que Castellón ha sido una de las ciudades en las que menos se ha pagado por este concepto. Lo cierto es que los innumerables vados que adornan prácticamente ya la inmensa mayoría de las calles de la ciudad de Castellón y los problemas endémicos de tráfico, hace que la situación se esté complicando cada día más, lo que, por añadidura, produce la correspondiente irritación de los conductores. No sé dónde y cómo estará la solución, pero lo cierto es que ya hace tiempo que debería haberse producido.