La diferencia entre el precio real de las viviendas --según las estimaciones de la Sociedad de Tasación-- y la cotización de los inmuebles en los mercados se ha incrementado en la provincia hasta un 400% en 10 años.

El valor real es el que los expertos atribuyen a un inmueble basándose en criterios objetivos, aplicando una inflación media. El nominal es el precio por el que se vende en el mercado. La diferencia entre ambos conceptos se ha multiplicado por cuatro desde el ejercicio de 1996.

Como ejemplos más significativos destacan los precios del metro cuadrado en Castellón. En 1996, el valor real era de 334 euros el metro cuadrado y el nominal de 591 euros, de media. Es decir, la diferencia entre el valor del inmueble y el del mercado era de solo 257 euros. Diez años más tarde, este diferencial es de 1.000 euros por metro, puesto que el valor real es de 727 euros y el nominal de 1.727.

Desde la Unión de Consumidores, su responsable, Juan Carlos Insa, justificó el fenómeno por la "gran especulación", aunque añadió que no es solo atribuible al sector inmobiliario, sino también "a particulares que han invertido en vivienda para sacar una rentabilidad mayor que con productos financieros tradicionales". Insa criticó la falta de políticas de VPO.

El mismo fenómeno se repite en Benicarló, donde la diferencia entre el valor real y el nominal de los inmuebles era de apenas 220 euros el metro hace 10 años y ahora es de 1.048; en Benic ssim se pasa de 240 euros de divergencia a 1.075 euros; en Oropesa de 229 euros a 1.011 y en Peñíscola de 224 de a 921 euros.

Desde la Apecc, su presidente, Rafael Doménech, justificó parte de este fenómeno de "crecimiento importante, principalmente, por el coste del suelo y como consecuencia de la presión de la demanda de vivienda".

Doménech dijo que, "no obstante, el precio de los pisos va seguir subiendo por encima del IPC, pero con un diferencial menor que en años anteriores. Por seo, sigue siendo un buen momento para adquirir una vivienda y es rentable endeudarse para hacerlo".