La circular de la dirección federal del PSOE ya está en las agrupaciones locales: antes del 18 de diciembre deben quedar cerrados los congresos provinciales. Se acerca así la segunda parte del congreso nacional de Valencia y con ella la pugna de los municipalistas de Juanma Calles y Enrique Navarro y los partidarios de Ximo Puig por hacerse con el control del partido en Castellón. Lo de articularse entorno a una dirección provincial es una cita inédita que viene marcada por Ferraz, pero se presume intensa entre dos facciones que han demostrado, por lo menos hasta la fecha, que son irreconciliables.

Jorge Alarte, el nuevo secretario general del PSPV-PSOE, tiene una ardua tarea por delante si quiere armonizar un partido dividido en dos bloques y que ha escenificado a lo largo de estos meses precongresuales sobradas muestras de animadversión política. Un dato. Alarte venció a Puig por 20 votos y los de la plataforma de Calles y Navarro aportaron 24 a la candidatura del alcalde de Alaquàs.

El vicesecretario del PSOE, José Blanco, reafirmó ayer el liderazgo de Alarte a la vez que volvió a enviar un mensaje a los partidarios de Puig: "Nadie debe ser excluido, pero los protagonistas del nuevo tiempo ya son otros".

En Castellón esos protagonistas que menciona Blanco ahora son los que se agrupan bajo el paraguas del municipalismo, pero la mayoría sigue en manos de Puig. De ahí que se intensificarán los contactos en estas semanas para captar nuevos socios unos y para que no haya fugas en los otros. Tres son las localidades a tener en cuenta: La Vall d´Uixó, Burriana y Segorbe por la escasa diferencia de votos que hubo a la hora de elegir delegados en este último congreso.

UN NUEVO ESPACIO Alarte tiene una difícil papeleta. O trabaja para integrar a los dos bandos o apuesta por la plataforma para hacerse con el control de la provincia. Si es la segunda opción, sus cartas las estaría jugando con un apoyo que él sabe que es prestado, porque abrir un tercer espacio alartista partiendo de la minoría de la capital --con Clara Tirado-- o de la Vall--con Vicent Rebollar-- parece ahora tarea imposible. El alartismo en Castellón es testimonial, aunque en el equipo de Calles y Navarro ya hay quien dice que la originaria etiqueta de sevillista transformada después en municipalista ahora habría pasado ya a ser alartista. Por cierto, el exministro y diputado por Castellón Jordi Sevilla ha pasado de ser "una buena idea" para Zapatero a no dejarse ver ni un solo día en el congreso de los socialistas valencianos.