Todos los campamentos fuera de la ciudad tienen un día de visita de los padres, que ayuda al pequeño y a los padres en el conocimiento de la actividad.

Si el menor padece alguna enfermedad y necesita atención específica, se debe informar a los responsables del centro de vacaciones, para que le atiendan.

Se recomienda exigir la póliza o coberturas del seguro de responsabilidad civil y estar al corriente de pago; así como la relación detallada y por escrito de las actividades, incluyendo especialmente las de riesgo.

Es importante que los padres se aseguren de la existencia de un plan de evacuación o actuación en caso de emergencia, así como de las existencias de una asistencia suficiente, sobre todo sanitaria, donde acudir.

Obtener información detallada y por escrito del transporte, horarios y menús y la exigencia de un teléfono o medio de comunicación 24 horas con los responsables de la actividad, por si acaso hay alguna incidencia que lo requiere.

Es imprescindible saber qué ratio de niños por monitor habrá y conocer la titulación de los monitores y la proporción o número de niños por monitor. Los monitores deportivos han de estar reconocidos por las correspondientes federaciones para esta tarea.

La UCE recomienda firmar un contrato que recoja de “forma exhaustiva” actividades y servicios del campamento y los que no tiene, y que no se dé una autorización paterna “genérica e indefinida”.

En la documentación debe figurar la “identificación clara” de la empresa o institución que organiza la actividad así como la persona física titular de la misma, y que la actividad cuenta con la autorización o comunicación administrativa.