El sector cerámico de Castellón puede convertirse involuntariamente en una industria beneficiada por el terremoto que ayer martes volvió a azotar el corazón de Italia en el que se asientan la mayor parte de las compañías productoras de baldosas del país. Y es que, además de los al menos 17 muertos que ha dejado el nuevo desastre natural, apenas 9 días después del primero, las empresas de la zona han tenido que paralizar su actividad por los problemas que se ha generado en sus estructuras productivas.

Los periódicos locales, como Il Sole 24 Ore, se hacían eco ayer de que el temblor de tierra no ha afectado a Sassuolo, el polo que, como Castellón, concentra al 73% de las fábricas transalpinas, pero en la zona que sí ha resultado dañada, entre Camposanto y Finale Emilia, se asientan firmas tan importantes y líderes como Marazzi, Panariagroup, Atlas Concorde, Abk y Moma "han visto interrumpida la producción" como consecuencia de que "todos los hornos se han desalineado".

El proceso de normalización de los hornos túneles de más de 120 metros ya advierten las compañías no parece inmediato, pudiendo durar semanas, e incluso meses. De hecho, el mismo medio de comunicación se hacía eco de una valoración realizada por Giuliano Pini, el administrador delegado de la compañía Panaria, concreta que, en su caso, cinco hornos se han desalineado, y otros dos han registrado problemas menores. En conclusión, "un mes" para recuperar parte de la producción "y tres para volver a la normalidad". Mientras tanto, los trabajadores se han visto forzados a entrar en un expediente de regulación temporal. Pini sitúa los daños económicos entre "10 y 15 millones de euros". Y si bien es verdad que la actividad comercial ya se ha restablecido, hay más problemas. Las fábricas afectadas anuncian que van a tener que reabrir las cajas en estoc una por una para comprobar que las baldosas no están dañadas.