La deuda financiera que mantiene la Generalitat con el Ayuntamiento de Castellón permanece estancada en la actualidad en el umbral de los 10 millones de euros, cifra idéntica a los 10,13 millones que debía a finales del año pasado. Todo ello pese a los 936 millones transferidos en estos seis meses por parte del Gobierno al Consell con cargo al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

La Administración que preside Alberto Fabra ha admitido, en una reciente respuesta parlamentaria en Les Corts a Compromís, que la deuda contable con el consistorio se sitúa, exactamente, en 5.713.242 euros. La cifra, sin embargo, es engañosa porque hay que sumar alrededor de 4,5 millones más en facturas sin consignación presupuestaria, según ha podido saber Mediterráneo.

En ese paquete de impagos constan, por ejemplo, cerca de dos millones de euros en recibos del IBI o de la tasa de basuras de las diferentes propiedades inmobiliarias que posee la Generalitat en Castellón. Todos esos tributos se cobran con recargo, por lo que el volumen de dinero pendiente crece a medida que se alarga el tiempo de espera.

Un segundo bloque de facturas sin asignación presupuestaria corresponde a convenios firmados y no satisfechos, como el de las obras del Palau de la Festa. El Consell aún adeuda a las arcas castellonenses 1,6 millones.

Por último, las subvenciones relacionadas con los Servicios Sociales copan otros 4,5 millones, según las citadas fuentes.

Un reciente informe municipal que el pasado lunes mostró el portavoz de Compromís, Enric Nomdedéu, señala que, de los 4,58 millones de euros en subvenciones que adeuda el Consell, un total de 1,9 ya se consideran de dudoso cobro.

Estas deudas del Consell con el Ayuntamiento de Castellón contrastan con la transferencia del Gobierno central a la Generalitat de 5.150 millones de euros vía FLA previstos para este año. H