Apenas faltan unos días para que todos los castellonenses, y demás españolitos de a pie, claro está, podamos ejercer de nuevo nuestro derecho al voto y cambiar o confirmar a nuestros concejales, alcaldes, diputados autonómicos y demás representantes de la soberanía popular. ¡Qué bonito!

Apenas faltan unos días para que muchos de nosotros nos llevemos uno de los disgustos más grandes de nuestra vida. Porque, pese a lo que estamos acostumbrados a escuchar en la noche electoral, no todos los partidos políticos ganan. Es más, solo uno lo hace. Los demás pierden. Y en muchos pueblos de nuestra hermosa provincia perderán quienes están convencidos de que van a ganar y ganarán quienes están convencidos de que van a perder. Y algunos de los que están seguros de que van a arrasar, solo ganarán. Por la mínima. Y algunos de los que creen que ganarán por la mínima pero salvarán los muebles no llegarán ni a salvar su triste culo. La del próximo 24 de mayo será una noche memorable. Espectacular. Una noche de grandes, grandes decepciones para todos los partidos. Y también de grandes, grandes alegrías. E inesperadas, por cierto.

Si algo afirman las encuestas es que estamos ante un panorama completamente nuevo. En la capital de la Plana, por ejemplo, se presentan hasta 13 candidaturas distintas. Dos de Podemos, dos de extrema derecha, las tradicionales de siempre e incluso dos de Ciudadanos. ¿Quién puede predecir qué pasará? H