Ha pasado ya la crisis? Es la pregunta del millón y la respuesta depende de a quién se le formule. Si se cuestiona en los ayuntamientos, la mayoría responderá que la época de vacas flacas está superada. Lo dicen casi todos los alcaldes y lo confirma el Ministerio de Hacienda, que muestra que los consistorios se han convertido en la Administración pública más saneada. Los consistorios de Castellón han reducido su deuda a menos de la mitad desde el máximo del 2012, cuando las sombras del rescate se cernían sobre España y el Gobierno obligó a los municipios a sacar la tijera. La dieta financiera ha funcionado, y mucho, y a día de hoy la Administración local puede presumir de tener la deuda más baja de los últimos diez años.

Pero, ¿cuánto dinero deben los ayuntamientos de la provincia? ¿Qué municipios están más saneados y cuáles siguen en números rojos? A todas estas preguntas responde la última estadística del Ministerio de Hacienda que, con datos a diciembre del 2017, revela que la deuda municipal marca en Castellón el mínimo de la última década, con 170,3 millones de euros. Así, y durante el último año, las corporaciones municipales de la provincia rebajaron su deuda en otros 38 millones de euros (un 22% menos), y la cifra nada tiene que ver con la de hace cinco años, cuando los ayuntamientos acumularon un pasivo total de 351,9 millones.

más pagos // Y parece que la reducción continúa este año por el mismo camino. El Ayuntamiento de Almassora ha anunciado esta misma semana que antes de final de año zanjará uno de los crédito, de 900.000 euros, que solicitó el anterior equipo de gobierno para pagar la sentencia urbanística por la avenida Generalitat.

Los planes de ajuste de Cristóbal Montoro al frente del Ministerio y la ley de estabilidad, que obligaban a los ayuntamientos a dedicar el remanente a liquidar deuda, se han dejado notar, hasta el punto de que en Castellón ya son 65 (cinco más que hace un año) las localidades que no tiene ninguna deuda viva pendiente. O lo que es lo mismo: casi la mitad no deben ni un euro a la banca.

Cabanes o San Rafael del Río son dos de las localidades provinciales que en el último año se han puesto al día. «Lo hemos conseguido recortando gastos y mirando cada euro», describe Domingo Giner, alcalde de San Rafael, para quien gobernar una localidad con deuda cero y pagar a proveedores en 30 días como máximo es «una gran satisfacción».

los ALUMNOS AVENTAJADOS // Buena parte de los municipios de la provincia sin deudas tienen menos de 1.000 habitantes, pero la realidad es que todas las localidades, incluidas las de mayor tamaño, han aligerado sus compromisos financieros en el último año. Castellón, por ejemplo, ha bajado sus créditos en 19,2 millones, desde los 66,5 del 2016 a los 47,3 al cierre del 2017. La capital es un alumno aventajado del saneamiento (desde el 2012 ha reducido su deuda en 82 millones), pero hay otros casos como Orpesa, Almassora o Benicàssim.

El primero lleva años con deuda cero, mientras que Benicàssim cerró el 2017 con un pasivo de 3,8 millones de euros (en el 2012 eran 15,1), aunque el Ayuntamiento acaba de aprobar una operación de tesorería que permitirá pagar todas las operaciones de préstamo que el consistorio tenía contraídas con cuatro entidades bancarias.

La inmensa mayoría de los ayuntamientos de la provincia ha hecho los deberes, pero hay alguna excepción. El municipio castellonense con una deuda per càpita más elevada es Navajas. De hecho, y siempre según los datos del Ministerio, cerró el 2016 con un pasivo per cápita de 6.838 euros, el cuarto más alto de España. Le sigue Sorita, que acumula un endeudamiento por persona de 3.698 euros, aunque su situación ha mejorado si se la compara con la del 2014, cuando la cifra era de 6.955 euros. El tercer lugar lo ocupa Villores (2.769 euros/habitante). Entre los municipios de más de un millar de habitantes, los más endeudados son Llucena (1.355 euros per cápita), Peñíscola (1.287) y Altura (1.217).