El ficus de María Agustina y la olivera de la avenida de Rey don Jaime ya abren el catálogo de árboles monumentales de interés local de la ciudad de Castellón, según aprobó el consistorio el jueves. Bien haya este respeto y consideración por la naturaleza y el patrimonio ecológico porque estos vegetales son monumentos vivos del paisaje que forman parte de la geografía urbana de nuestro pueblo.

El monumental ficus, es un árbol perennifolio, con casi cinco metros de perímetro en el tronco, una altura 26 m. y copa de 35, como afirma el profesor y botánico Jesús Albuixech. Puede vivir 500 años, lo cual quiere decir que aún tenemos árbol para rato. Este Ficus macrophylla es, en su especie, originario de Australia. Su presencia en Castellón podría datarse desde el 21 de mayo de 1913, en que el ayuntamiento, presidido por Federico Bosch Tárrega, emite un empréstito de un millón de pesetas para sufragar, entre otras acciones urbanas, el ajardinado de las plazas de la Paz, María Agustina y San Roque. Sus poderosas raíces se asientan sobre un eneaedro en cuyas caras Rafael Guallart Carpi pintó los escudos de los partidos judiciales de la provincia Castellón en 1952, imitando las cerámicas estilo Álvaro de la fábrica del Conde de Aranda. Como consecuencia de su posterior deterioro, su hijo Ferran Guallart Ramos rehízo algunos paneles en 1984.

*Cronista oficial de Castellón