La apuesta de crear un Observatorio Europeo de la Fruta y la Hortaliza, que será una realidad el año próximo a tenor de las promesas de la Comisión Europea (CE), puede salir mejor o peor dependiendo de los recursos de los que disponga este ente. No obstante, lo que sí ha hecho el ejecutivo comunitario es aceptar, aunque solo sea de forma tácita, que los cítricos son uno de los cinco productos agroalimentarios que más preocupan y más vigilancia necesitan para garantizar que no se producen situaciones de falta de reciprocidad o competencia desleal, tanto en el ámbito fitosanitario como en el laboral. El desarrollo de la segunda mitad de la campaña, con precios por debajo de lo habitual, parece dar la razón a quienes sitúan el foco del problema en el incremento masivo de las importaciones de países terceros.

Fuentes comunitarias confirmaron que el citado observatorio limitará a cinco los productos hortofrutículas que someterá a una estrecha vigilancia a partir de su entrada en funcionamiento. Se trata, además de los cítricos, de los melocotones, las nectarinas, los tomates y las manzanas. Ello obligará a que la CE publique los precios de estos mercancías con una periodicidad prácticamente diaria y a intervenir si se producen anomalías en el mercado, lo cual era imposible si el ente comunitario no realizaba una criba previa de las frutas y hortalizas a seguir. «El fin es ganar efectividad, pues el objetivo es que sea un instrumento útil para el sector primario», indicaron desde el equipo de la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez. El gran reto de los gobiernos español y valenciano ahora es convencer a Europa para que adelante la puesta en marcha del organismo en el caso de los cítricos. ¿El motivo? Que la vigilancia sea una realidad al inicio de la próxima campaña, en otoño.

MERCANCÍAS AMENAZADAS

Si las instituciones comunitarias han escogido estos cinco productos es debido a que son los más amenazados por la competencia de terceros países. Un caso similar al de los cítricos es el del tomate, cuyos productores en el sur de España han alertado ante tratados de libre comercio como el firmado el año pasado con Marruecos, país que tiene planes para incrementar de forma exponencial la superficie de hortalizas de invernadero en el Sáhara en pocos años.

En el caso de la naranja, el desarrollo de la segunda mitad de la campaña en Castellón evidencia que la entrada de cítricos de países del hemisferio sur es un problema que ha venido para quedarse. Según explicó el secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, «todas las variedades, desde las lane late a las mandarinas tardías como la ortanique, de las que no existe un tonelaje excesivo ni mucho menos, están por debajo de sus precios habituales». «Esto se debe a la presión de países como Egipto, Túnez o Turquía, que producen navel a precios muy bajos, aunque también puede influir que los comercios se estén aprovechando de ello para presionar al productor con ofertas bajas», explicó.

Otro factor que explica la inclusión de los cítricos en ese observatorio es el continuo aumento de las interceptaciones de envíos contaminados con plagas procedentes de países sudamericanos o africanos. H