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Nuevas ‘manos muertas’

Hermanos: Desde el reinado de Carlos III hasta el siglo XIX hubo varias desamortizaciones de suelo, la más famosa, la de Mendizabal en 1836. La desamortización consistía en la expropiación a la Iglesia, fundamentalmente, de terrenos que se denominaban de manos muertas. En la actualidad esas manos muertas son entidades bancarias que, tras procesos de ejecución hipotecaria de los diez últimos años han acumulado gran cantidad de suelo, urbanizado o urbanizable, y que no saben qué hacer con él más allá de tenerlo en sus balances.

Ahora las administraciones no tienen ni dinero para expropiar ese suelo ni ganas políticas de hacerlo. Sin embargo, la necesidad de vivienda social es clamorosa (en la Comunitat Valenciana hay 13.985 solicitudes de vivienda de protección pública o social sin atender). Pero hay solución legal a estos problemas. Se llama el agente edificador. La idea es que un promotor particular propone a la administración construir viviendas sociales o de protección pública sobre solares que hace lustros que no se han edificado y que están en manos de propietarios que o no saben o no quieren hacer aquello para lo que se urbanizaron: construirlos.

El propietario no pierde nada porque se le pagará en pisos, bajos comerciales o naves industriales del edificio construido por este tercero. Es lo que se llama toda la vida cambio de obra.

*Abogado / Urbanista.

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