El sector primario suele estar en las últimas posiciones a la hora de demandar un puesto de trabajo, especialmente en el caso de los contratos eventuales, pero la nueva campaña citrícola supondrá un cambio de tendencia. Los efectos del coronavirus en el mercado laboral de Castellón, especialmente en el sector de hostelería y servicios, y las expectativas de un aumento de producción han animado las solicitudes de empleo. El director general de la cooperativa Cocalni, Pascual Beltrán, indica que este año «no tendremos problemas para completar personal, y ya estamos recibiendo una gran cantidad de solicitudes».

Desde la ETT Noawork, Toni Pérez destaca que desde hace unas semanas «se está dando un movimiento creciente de personas que actualizan sus datos para ser contratados en la próxima campaña». Aunque añade que todavía es pronto para formalizar las incorporaciones --las cooperativas y empresas suelen esperar al inicio de la recolección para hacer sus ofertas de empleo-- sí se nota que acuden «antes para renovar sus perfiles», en los que informan de sus aptitudes y experiencia. Un proceso que en esta compañía de trabajo temporal se ha adaptado a las circunstancias del covid y se puede hacer de manera telemática.

Desde el sindicato UGT, el responsable de la federación agroalimentaria en la provincia de Castellón, Ramón Serra, recuerda que tras levantarse el estado de alarma «todavía hay un 30% de personas que entraron en situación de ERTE, más todos los que quedaron en el paro, que aún no han vuelto a la situación de antes de la pandemia, por lo que quienes no se han reincorporado están buscando en otros terrenos». Un dato que corroboran desde otros ámbitos del negocio citrícola. «Incluso hay gente que cuenta con una cualificación más elevada, como empleados de azulejeras, que ahora pide estar en la temporada de la naranja», mencionan.

MÁS PERSONAL / Para el ciclo citrícola 2020-2021 --que empieza justo hoy-- no solo hay más gente dispuesta a ser contratada, sino que también se espera un aumento de la mano de obra. Esto se debe al aumento de las expectativas en la producción. El responsable de calidad de la Cooperativa Frutícola (Cofru) de Betxí, José Francisco Nebot, destaca que la recolección «aumentará de volumen sobre un 20%, por lo que las necesidades de personal rondarán también este porcentaje». Puede parecer mucho, aunque tanto Nebot como el representante de UGT indican que la pasada campaña hubo mucho menos producción y, por tanto, un menor número de contratos y de menor duración.

Otra característica tiene que ver con el funcionamiento habitual del sector en Castellón. Las fuentes consultadas mencionan que más del 80% de la gente que trabaja tanto en los campos como en los almacenes son fijos discontinuos, mientras que los refuerzos eventuales suelen buscarse con la temporada ya iniciada. La evolución de la cosecha será la que marcará, hasta el mes de marzo, cuántas de las personas que se ven forzadas a cambiar de ocupación consiguen colocarse. Mientras otros negocios sucumben al efecto del covid, el campo recuerda la importancia de su papel.

CONTRATOS / El número exacto de personas que viven de la citricultura cada año en Castellón fluctúa en función de los resultados de la temporada. Por parte de UGT, Ramón Serra comenta que en plena campaña «llega a haber cerca de 14.000 collidors en la provincia, mientras que puede haber más de 8.000 en los almacenes». La mayor parte repiten de una edición a otra, y tienen contrato de fijos discontinuos. Se esperan recolectar más toneladas, ya que las primeras estimaciones apuntan de un 20 a un 30% de aumento, por lo que también se contempla un incremento de puestos eventuales, «así como trabajar más meses». Las normas contra el covid también pueden conllevar más contrataciones, para conjugar la seguridad con el ritmo normal de producción.