Los pantanos almacenan el agua en superficie que luego sirve para el suministro humano y el riego, pero no hay que olvidar que, en el caso de la provincia de Castellón, el 66% de agua que se consume procede de los acuíferos. De ahí la importancia de conocer el estado de estas «reservas estratégicas» que resultan «enormemente desconocidas», como resalta el catedrático de Hidrogeología de la Universitat Jaume I (UJI), Ignacio Morell, autor de numerosos trabajos y publicaciones especializadas sobre los acuíferos que recorren las ocho comarcas de Castellón.

«Tenemos información semanal del estado de los pantanos, por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), pero no se informa sobre cómo están los acuíferos. Hay un gran olvido de las aguas subterráneas, porque resulta más sencillo controlar las superficiales», lamenta Morella, quien remarca que las variaciones de almacenamiento no son tan pronunciadas en los acuíferos como en los pantanos, «ya que dependen en menor medida del régimen de lluvias».

Morell resalta que esta fuente de suministro «está mejorando» como consecuencia de una menor explotación, tras sufrir una situación complicada en las décadas de los 80 y 90. «Hay más agua ahora que hace 20 años», subraya el experto en Hidrogeología, al tiempo que explica que la principal amenaza de los acuíferos, además de la sobre explotación, es la contaminación por salinización, al filtrarse agua de mar, y por nitratos derivados de la actividad agrícola.

«No se presta a los acuíferos la atención que se merecen por la importancia que tienen al suponer una reserva estratégica que hay que preservar si llegan épocas de sequía en las que el agua embalsada sería totalmente insuficiente», señala el profesor Morell. «Conocer cómo están es importante para concienciar sobre su preservación y conservación», explica, mientras insiste en que la CHJ debería invertir mayor presupuesto en esta tarea.