La propietaria de la Pirotecnia Reyes Martí de Burriana, Reyes Martí, asegura que el tejido empresarial pirotécnico está "tocado y hundido" y que el sector no aguantará "otro año en blanco como 2020".

Recuerda que a los gastos fijos laborales se unen las inversiones para adaptar los talleres al nuevo reglamento, y reclama ayudas directas y exenciones fiscales, "como mínimo, para cubrir esos gastos".

"No sé si llegaremos vivos a verano, sobre todo tras el mazazo que supone el anuncio de que no habrá Fallas, que concentran sobre el 30 % de nuestra facturación", sentencia Martí, que asegura también que "a nivel internacional, en año 2020 ha sido un cero" en sus ingresos.

"Otro segundo año en blanco es el fin del sector", insiste la pirotécnica, que pasó la covid al principio de la pandemia y todavía tiene secuelas, y lamenta que si los fabricantes cierran, se perderá el oficio tradicional de la pirotecnia: "Las escuelas son las propias fábricas donde se investiga y se enseña".

Reconoce que le da "coraje" ver los centros comerciales abiertos y que una actividad como los espectáculos de fuegos artificiales, que ha demostrado que es segura, esté parada, y recuerda que los pocos disparos que ha hecho en su pueblo han evidenciado que se han "reinventado" en la forma tanto de disparar, desde varios puntos, como de verlos, "desde los balcones y las ventanas de casa".