Ni la pandemia ni la lluvia que cayó a última hora de la tarde de ayer lograron que los castellonenses vivieran su particular Viernes Santo limitado por el covid-19, pero con el mismo fervor, fe y tradición que todos los años.

Desde primera hora de la mañana, las diferentes cofradías de la ciudad organizaron sus respectivos actos entre los que se encontraban el vía crucis de Paz y Caridad en la iglesia de la Trinidad o la exposición de las imágenes del Cristo de Medinaceli por parte de la de María Magdalena en el templo de la Sagrada Familia. Las oraciones enfrente de los Monumentos que acogían al Santísimo fueron también un goteo durante la mañana del viernes.

Vía Crucis en la iglesia de la Trinidad. MEDITERRÁNEO

La Muy Ilustre Cofradía de la Sangre ha dado la oportunidad durante toda la semana de que los fieles puedan venerar la estimada imagen de la Virgen de la Soledad en las puertas de la capilla y poder admirar, tal y como sucedió ayer, la cruz de madera que alberga una reliquia de una roca del Gólgota, lugar donde fue crucificado Jesús.

De la urna al túmulo

Fue precisamente en esta iglesia donde, por la tarde, tuvo lugar la celebración del acto más importante del día: la bajada y veneración del Cristo Yacente hasta el atardecer. La imagen sagrada, cubierta con un manto blanco, fue trasladada desde la urna ubicada en el altar hasta el túmulo procesional que se instaló en el centro de la capilla de la Sangre. Tras ser venerada con devoción por decenas y decenas de castellonenses, será devuelta a su urna con todas las medidas de seguridad que resultan necesarias. 

En este acto tuvieron un papel destacado los clavarios de la Cofradía de la Sangre: Manuel Altava y Paloma Altava, de la rama de los Licenciados; Javier Guía y Elvira Segarra, de la rama de los Labradores; y María Estrella Muñoz y Fernando Gil, de la rama de los Industriales, Comerciantes y Artesanos de Castelló.

La basílica

Por otra parte, la imagen de la Virgen del Lledó permaneció durante todo el día sin su manto en el altar central en recuerdo de que Jesús también fue despojado de sus vestimentas antes de ser crucificado. En el templo de la patrona de Castelló se pudo rezar ante el Monumento flanqueado por las banderas de España y el Vaticano con crespones negros en señal de luto por la muerte de Cristo.

Imagen de la Virgen del Lledó despojada de su manto. MEDITERRÁNEO

Fue otro Viernes Santo en el que no procesionaron las imágenes por Castelló pero los vecinos lo vivieron con la misma intensidad, confiados en recuperar pronto la normalidad.