Un entrenador, cuando los resultados no salen, puede apostar por enrocarse y mantenerse fiel a su guardia pretoriana; o, por el contrario, empezar a hacer cambios y más cambios, modelando su equipo también en función del adversario y también del escenario. Sergi Escobar parece haber escogido este segundo camino para hacer funcionar a un Castellón con 14 fichajes.
Del partido frente al Atlético Sanluqueño al del Cornellà ocho días después varió más de la mitad, a pesar de que los albinegros abrumaron a un rival que se llevó los tres puntos de Castalia desde la nada. Tanto se hablaba de las características del conjunto barcelonés, tanto de las singularidades del campo de hierba artificial, que el Castellón, en su intento de adaptarse a las circunstancias, se acabó traicionando a sí mismo. Le está sucediendo a domicilio, pero nunca tanto como el sábado.
De un encuentro a otro, Álvaro Campos, Kevin Sibille, Salva Ruiz, Dani Torres y Juanto Ortuño fueron los únicos que repitieron. Escobar apostó por la titularidad de José Mas, Yac Diori, Aarón Romero, Carles Salvador, Bilal Kandoussi y David Cubillas, en un claro intento de sacrificar la creatividad en beneficio del músculo. Una apuesta fallida, a tenor del flojo primer tiempo. Los cambios reactivaron a los albinegros.
Entonces, ¿qué Castellón veremos el sábado? Escobar corre el riesgo de decidir una nueva metamorfosis del equipo, teniendo en cuenta del perfil del contrincante, un Barcelona B diseñado para tener la pelota independientemente de si juega en casa o fuera.
En cualquier caso, Pablo Hernández liderará esa nueva vuelta de tuerca a la alineación inicial, a la que también se asoman César Díaz (bien en punta, bien partiendo desde la banda). Las prestaciones de Kialy Abdoul Koné en Castalia han sido satisfactorias, en lo que se presumen tres titularidades prácticamente cantadas.
Está por ver si la transformación se queda ahí; si vuelven al once Edu Luna o Borja Martínez (fijos en las primeras cuatro jornadas); si regresa Javi Moyano...
