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CD CASTELLÓN

Sanear el Castellón y campos para entrenar, las urgencias de Bob Voulgaris

El nuevo propietario pretende asentar el club sobre una sólidas bases económicas

Haralabos Bob Voulgaris, en la rueda de prensa del miércoles, cuando asumió el control del Castellón. Frank Palace

Haralabos Bob Voulgaris se fue después de ser presentado como nuevo propietario del Castellón, pero dejó el club al cuidado de sus tres principales colaboradores (Dave Reddin, Robin Taylor y Richard Bentley). No obstante, el empresario canadiense de origen griego ya está manos a la obra para transformar el club, ahora que acaba de cumplir un siglo de vida. Dos son las grandes prioridades: sin desdeñar lo deportivo, el regreso al fútbol profesional, Voulgaris quiere sanear el club y, a la vez, dotarle de cierta infraestructura como anticipo de la ciudad deportiva, fundamental no ya ahora, sino desde hace, incluso, décadas.

El Castellón tiene una deuda heredada desde los tiempos de Castellnou2005 (alguna encauzada a través del proceso concursal), pero otra es fruto de los avatares de su efímero paso por LaLiga SmartBank en tiempos de pandemia, agudizados por el estreno en una categoría completamente deficitaria como la Primera RFEF (ahora, Primera Federación). Voulgaris no tendrá problemas en aportar holgadamente el mínimo de dos millones de euros que Vicente Montesinos requería como necesarios para lo más inmediato y apremiante, pero será solo el inicio. El empresario norteamericano quiere asentar a la entidad sobre unas bases económicas más sólidas para que no se repita el efecto rebote de lo sucedido con el ascenso-descenso a Segunda.

La endémica falta de instalaciones propias de las últimas décadas, apenas solucionada en parte y temporalmente, también es otra de las tareas marcadas en rojo en la tablet de Voulgaris. Los albinegros llevan años en precario, alternando Castalia con terrenos de juego prestados, lo que le ha llevado a peregrinar por media provincia. La nueva ciudad deportiva se antoja un proyecto a medio plazo, pero el canadiense no quiere esperar a tanto y quiere que Rubén Torrecilla disponga de un par de campos ya esta misma campaña.

En este sentido, habrá que esperar a la sintonía que pueda establecerse entre él y la alcaldesa Amparo Marco en materia de ayudas y permisos. De lo contrario, igual habrá que buscar los terrenos en otro término municipal que no sea el de la capital de la Plana.

Estructura de club

La modernización de la estructura de la entidad, con la creación de una potente dirección deportiva y un organigrama acorde a los tiempos que corren, también será otra de las tareas a acometer, aunque aquí los cambios serán paulatinos con el fin de que favorecer la transmisión de poderes. Aunque, eso sí, la metamorfosis será considerable. Aquí tampoco hay dudas. 

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