ESTUDIO DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE VALENCIA

La cerámica se mantiene como un motor exportador en la Comunitat

Solo los automóviles venden más y, pese al descenso de la demanda, el azulejo aún supera con creces a los cítricos 

Línea de producción de cerámica de gran formato.

Línea de producción de cerámica de gran formato. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Es un dato repetido en numerosas ocasiones: más del 90% de azulejos y baldosas de cerámica que se fabrican en España tienen como origen Castellón. Pero su impacto económico va mucho más allá de la provincia. Así queda de manifiesto en el informe El comercio exterior valenciano 2023: nuevos retos de futuro, elaborado por la Cámara de Comercio de Valencia.

El documento, que recopila las principales cifras de exportaciones del territorio autonómico, muestra que, a pesar del descenso de las ventas sufrido en el pasado ejercicio (un 16,2% menos), la cerámica se sitúa como uno de los principales motores de la economía regional. Se mantiene como el segundo producto más exportado, con 3.405 millones de euros. Solo le superan los automóviles, con 4.186 millones, mientras que la principal industria castellonense mantiene una gran ventaja sobre otros de los emblemas de la Comunitat, los cítricos, que facturaron 2.485 millones.

A este posicionamiento de la cerámica se le unen las ventas al extranjero de esmaltes y fritas para el azulejo. Con 842,5 millones facturados, ocupa la séptima posición de toda la región, por encima de la importante industria del calzado, concentrada en Alicante.

Contracción

El análisis efectuado por la Cámara de Valencia remarca la importante posición que ocupan la cerámica y los esmaltes, aunque en el 2023 «se contrajeron las ventas tras dos años de cierto crecimiento». Algo que atribuye a «la notable pérdida de competitividad vía precios (al trasladar a precios el fuerte aumento de costes), el cierre del mercado argelino y la caída de la demanda».

La Comunitat se mantuvo en el 2023 como la cuarta autonomía más exportadora, aunque con un descenso del 3,5%. Una bajada en el que influye de manera decisiva la cerámica. A nivel provincial, Castellón fue la que más cayó, con un 15,17%, evidentemente, con el azulejo como protagonista.

Perspectivas

El estudio menciona que en el presente año se mantiene la incertidumbre, ya que el comercio exterior se ve muy influenciado por circunstancias como la continuidad de la guerra en Ucrania, procesos electorales o problemas relacionados con la logística. La Cámara alude a una «progresiva recuperación del crecimiento económico internacional a lo largo del 2024», aunque esta mejoría en «baldosas, fritas y afines será lenta y a más largo plazo, debido a la mayor competencia en los mercados internacionales y la debilidad de la demanda».

Una circunstancia adversa que también se dará en el automóvil. «Las exportaciones de vehículos se reducirán debido a que la planta de Ford solo tiene previsto fabricar un modelo en 2024, a la espera de llevar a cabo la electrificación de la planta y los nuevos vehículos. Las empresas valencianas proveedoras deberán de intensificar sus mercados internacionales para compensar el mercado nacional», menciona este estudio, que pone de manifiesto la gran entrada de divisas que supone la industria cerámica de Castellón.

Efectos (positivos y negativos) del bloqueo en el Mar Rojo

La industria azulejera no es ajena a las tensiones localizadas en Oriente Medio. El ataque de Hamás contra Israel y la respuesta de este país en la franja de Gaza han tenido como efecto un fuerte descenso de las ventas. Israel fue el principal cliente de la zona para la cerámica castellonense, con 115 millones de euros, pero desde que estalló el conflicto, en el mes de octubre, la actividad ha caído en picado, por lo que en el conjunto del 2023 ya se dio una caída del 39,57%.

Uno de los efectos colaterales es el bloqueo a las exportaciones por el Mar Rojo, lo que ha obligado a las principales navieras a evitar las rutas por este punto, lo que retrasa los envíos y encarece los costes. El secretario general de la patronal cerámica (Ascer), Alberto Echavarría, detalló en la reciente edición de Cevisama que el asunto se puede analizar desde varios puntos de vista.

Por un lado, este tapón logístico supone un beneficio para las exportaciones de la cerámica. «Nosotros vendemos fundamentalmente a la Unión Europea y los Estados Unidos, y mucho menos a Asia», por lo que no hay un perjuicio destacable. «Los fabricantes asiáticos que venden a Europa y América han sufrido un aumento de costes, por lo que nos es propicio», añadió.

En cambio, sí hay un aspecto mucho menos favorable, que tiene que ver con la importación de materias primas, «tanto para nosotros como para nuestros proveedores estratégicos, por lo que nos afecta en los costes», dijo el directivo de Ascer. Esta circunstancia la sufren especialmente las fábricas de fritas y esmaltes, por lo que se ven obligadas a incrementar los precios de sus productos, algo que repercute a su vez en los costes de la cerámica y sus precios finales.

Otra de las consecuencias de este bloqueo es la posible rotura de la cadena de suministro, debido a que los buques deben tardar más para sus rutas. 

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