El horno de la calle Sant Agustí cierra sus puertas en el mes de mayo. Es el único horno moruno que tiene esta ciudad en lo que es el casco antiguo. Durante muchos años, sus propietarios han conseguido mantener las más puras tradiciones trabajando como antaño. Este horno tiene otros méritos que le han hecho popular dentro de la actividad propia de una panadería de pueblo. Su pequeño escaparate, lo que una ventana antigua puede ofrecer, se ha adornado de acuerdo a las fiestas populares con bellas figuras realizadas con la misma pasta que se hace el pan.

En las fiestas falleras, los versos, poemas y antiguos escritos acompañaban las obras maestras del panadero, siempre relacionado con la buena voluntad del fallero. Los clásicos panquemaos de la calle Sant Agustí han sido populares en toda Burriana, al igual que els pastissos de Pascua, las monas y el rotllo asaonat.

En las celebraciones de San Blas, se inventó el dulce del patrón que realizaba con pasta de mona y . Hoy en día son muchas las pastelerías y hornos que lo han asumido como una tradición. También en San Blas, el pequeño escaparate estaba dedicado todos los años al patrón de la ciudad. Sin embargo, lo realmente triste es que el único horno moruno de la ciudad deje de hacer el pan de cada día.