Los chiringuitos de la zona marítima es el único atractivo turístico de ocio que tiene esta ciudad. Los fines de semana son miles los jóvenes que eligen este espacio de la playa para pasar la noche e incluso la madrugada. El buen funcionamiento de este espacio de ocio depende de los propietarios de los chiringuitos y sobre todo de la cantidad de decibelios que imponen en la música elegida como reclamo para la clientela. Da la impresión de que a mayor cantidad de decibelios, más clientes tienen los chiringuitos, lo que es un claro prejuicio para los ciudadanos que viven en la zona más próxima a estos establecimientos. Como en el parany, cuando más fuerza tiene el reclam, más posibilidades de cazar tordos tienen los paranyeros, aunque esté prohibido abusar de estas potencias.