Los palomares barrera se construyeron para evitar las incursiones del halcón peregrino en las poblaciones donde se practica la colombicultura. Las continuas reclamaciones de los colombaires ante la Conselleria de Medio Ambiente por las pérdidas sufridas provocó que la Administración instalara en la Serra d´Espad un palomar que sirviera de alimento a los depredadores.

En un principio, un agente forestal alimentaba a los palomos, mientras los aficionados abastecían de animales el palomar. Desde hace dos años, las instalaciones se han desatendido por ambas partes y han quedado inoperantes.

Los palomos zuritos procedentes del casco urbano de Castellón se han alojado en el antiguo palomar barrera, aunque la experiencia ha demostrado su inadaptación.

La ley de protección del palomo deportivo prevé la erradicación de todos los peligros para garantizar la continuidad de esta práctica autóctona que se remonta a la época de la presencia árabe en España. Administración, colombaires y ecologistas deben coordinar sus acciones para que ningún colectivo resulte perjudicado.

Periodista