El 100% de los productores de tomata de penjar de Alcalà de Xivert tienen sus cultivos afectados por la polilla del tomate, una nueva plaga que ya ha obligado a algunos a abandonar sus cosechas y que también afecta a plantaciones de Torreblanca y la Ribera de Cabanes. "Como máximo, vamos a poder recoger un 20% de todo lo que está plantado, ya que más del 80% de la producción está infectada", reconocieron ayer desde la recién creada Asociación de Productores y Comercializadores de tomate.

En cuanto a la superficie afectada, será de "más de 50 hectáreas", lo que supone pérdidas económicas "insostenibles", advirtieron desde este colectivo.

No en vano, los agricultores del sector califican la situación de "catastrófica", incluso se atreven a pronosticar que la epidemia pone en "grave peligro de desaparición" a un producto que está a expensas de poder recibir la marca de calidad, paso previo para la denominación de origen.

Por lo que respecta al inicio de esta plaga, los afectados dicen que "al final de la campaña pasada ya advertimos la presencia de gusanos en algunos tomates de invernadero, pero ha sido ahora, cuando ya está completamente propagada la polilla, cuando hemos sabido de qué se trata". Las medidas para paliar sus efectos han llegado de manos de la Conselleria de Agricultura, que después de varias reuniones con los agricultores, diseñó un plan de actuación que consiste en vigilar periódicamente varios campos --para lo que se desplazan técnicos de la Generalitat--, además de indicar el insecticida adecuado para combatir esta plaga.

EL TRATAMIENTO Un tratamiento que cuesta 400 euros la botella, que sirve para tratar una hectárea de tierra. Por ahora, la Conselleria solo ha subvencionado uno de estos botes por cada hectárea afectada. Sin embargo, los agricultores califican esta ayuda de "insuficiente", y reclamarán indemnizaciones en una próxima reunión pendiente.