Estudiar una carrera fuera de casa supone una auténtica sangría de dinero para las familias. Y es que al coste de la matrícula y el material, se ha de sumar el alquiler de una vivienda, la manutención y los viajes. Pese a que Vinaròs, Benicarló, Alcalà de Xivert o Torreblanca están a menos de una hora de Castellón, la falta de ferrocarriles obliga a los estudiantes a pernoctar de lunes a viernes fuera de sus domicilios.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el gasto medio anual de las familias españolas por cada estudiante universitario es de 1.641 euros, sin contar los costes adicionales de vivir fuera, que hace que suba 600 euros más.

Es el caso de Antonio Esteller, que explica que la carrera de su hija le cuesta "cerca de 600 euros al mes, entre alquiler, comida o desplazamientos". "Si hubiera más trenes podría ir y volver todos los días y el esfuerzo económico que estamos realizando sería menor", apunta.

Y es que el billete de ida y vuelta en regional desde Vinaròs a Castellón cuesta 9,75 euros, con lo que el coste máximo sería de 195 euros al mes si se acude a estudiar todos los días. Aunque cabe recordar que Renfe dispone de abonos trimestrales para estudiantes cuyo precio se calcula por zonas y el máximo es de 247, 82,3 euros al mes. También a la UJI acuden jóvenes de Valencia y viceversa que, con el servicio diario existente de ferrocarriles, pueden ir y volver todos los días.

Precisamente, este problema es uno de los que plantea el colectivo Cercanías Ahora para exigir un mejor servicio. Según su portavoz, Lluís Gandía, "se obliga a alquilar un piso cuando se podrían desplazar a diario".