El buen tiempo acompañó también ayer a miles de ondenses que acudieron de forma masiva a los actos de la programación del lunes de Fira de Onda, fiesta local, que se centraron en el pasacalle infantil de disfraces y las paellas, durante la mañana, así como en la ofrenda de flores y la cena popular del tombet de bou, que acapararon la participación durante la tarde y noche respectivamente.

El primero de los eventos arrancó a las 11.00 horas, con el recorrido por el itinerario habitual de los niños y niñas pertenecientes a los centros educativos de Primaria, una cita organizada por las respectivas asociaciones de madres y padres de los colegios. Los más pequeños fueron los auténticos protagonistas mostrando sus mejores sonrisas y una ilusión desbordante en el desfile de disfraces en el que se pudieron ver desde personajes de dibujos animados como Bob Esponja, Mickey y Minnie, o Cruella De Vil, hasta la representación de un animado mundial de fútbol en homenaje a la selección española, pasando por bucaneros, tenistas, trajes de época y de sevillanas, los clásicos indios y vaqueros, o trajes que eran representativos de los cinco continentes, entre otros.

Los flamingos de la compañía Xarxa Teatre abrieron el pasacalle, seguidos de los tradicionales gigantes y cabezudos, mientras que cerraban el desfile la reina infantil de la Fira, Tait Gil, su acompañante, Javier Olucha, y las damas de honor también con sus respectivos acompañantes.

Tras finalizar el desfile, los pequeños recibieron un detalle en forma de bolsa de chucherías en agradecimiento a su presencia, que les fueron repartidas por miembros del Consell de Festes. Al término de éste, en la plaza El Raval hubo una mascletà infantil a cargo de Pirotecnia Martí.

Algo más tarde, sobre las 13.00 horas, las peñas empezaron a ocupar la explanada colindante a la plaza multiusos que, un año más, se llenó de peñistas que se dieron cita allí para cocinar sus paellas y, después, trasladarlas al propio casal, en la mayoría de los casos, para degustarlas en él y prolongar una sobremesa que llegaría para muchos hasta la hora de participar en la ofrenda de flores, a media tarde. En el recinto, y a pesar del fuerte viento que sopló casi todo el rato, el ambiente supo a arroz y música en todo momento, gracias a las charangas que animaron los preparativos culinarios que todos se afanaron en elaborar entre cervezas y diversión asegurada. H