La llegada del punto álgido de la temporada turística está siendo observada con lupa por los comerciantes de Peñíscola. Este colectivo sufrió el pasado año los estragos del top manta, y piden a las autoridades que se extreme la vigilancia. “En las últimas semanas se ha visto a gente vendiendo bolsos por la calle, y algunos manteros en zonas como la de Peñismar”, explicaba la responsable de un establecimiento. Hasta el momento, la presencia de la venta ambulante ilegal está siendo inferior a la de otros años por las mismas fechas, gracias a medidas como la puesta en marcha de la nueva ordenanza de espacio público.

Los manteros se exponen a la incautación del material que vendan y se contemplan sanciones tanto a vendedores como compradores. Algunos comerciantes piden que se ponga en marcha cuanto antes el servicio de policía de playa, como una necesaria medida disuasoria. H