La industria fallera de Burriana exporta las 10 hogueras con un montante económico cercano a los 300.000 euros. Se trata de una vía más de expansión de los artistas de la capital de la Plana Baixa que ven como sus creaciones son bien valorados más allá de sus fronteras, además de completar con estos contratos parte del presupuesto anual de los talleres. Las técnicas son parecidas, aunque para los expertos las fallas son más tradicionales y barrocas, mientras que les Fogueres representan una fiesta encaminada en otra línea muy distinta, con un espíritu más moderno. De hecho, las propias comisiones alicantinas dan instrucciones de que las quieren con colores mediterráneos o alicantinos, como si fuesen una marca determinada, argumentan.