El presidente de la Asociación de Afectados Zonas Inundables de Burriana y les Alqueries (Aziva), José Montagut, denunció ayer que cada vez que llueve con una cierta intensidad se vierten al cauce del río Anna las aguas residuales del alcantarillado sin haber pasado estas previamente por la depuradora.

Montagut aseguró haber puesto en conocimiento este problema a los ayuntamientos de ambos municipios y también a la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, sin que haya recibido hasta ahora solución alguna.

Los vertidos, al margen de la consideración ecológica, también afectan a una parte de las calles de ambas localidades próximas a la estación de ferrocarril --Virgen de la Rosa, Jaime Chicharro, Camí de Artana, Colón, José Izquierdo, San Roque y el vial del Basero, de les Alqueries-- porque “el alcantarillado no puede recoger la lluvia y el cauce normal de las aguas sucias diarias de la población y, en esta zona, que es la más baja, saltan las trampas y las aguas con restos fecales salen a la superficie”, aseguró Montagut.

Los problemas aparecen, indicó Montagut, cuando “las precipitaciones son superiores a los 15 ó 20 litros y son peores cuando son de 70 u 80 litros por m2”.

El presidente de Aziva señaló que la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales le remitió un informe en el que reconocía que cuando se superaba la capacidad de bombeo hay un “alivio del agua proveniente de la mezcla de aguas y residuales por la red unitaria municipal, realizando su función: proteger instalaciones”. Y es entonces cuando además de las aguas no depuradas se vierten “restos orgánicos al río”, matizó Montagut. H