Las medidas que el Ayuntamiento de Nules ha aplicado en la última semana para evitar situaciones conflictivas con el colectivo de rumanos gitanos ya están dando sus frutos. Así, fuentes municipales aseguraron que “la presencia policial en los puntos más problemáticos ha puesto fin a las concentraciones de más de 30 personas que se producían en la Puerta del Sol y que provocaban que muchos vecinos tuvieran miedo de pasar por allí”.

Tras la violenta reyerta entre inmigrantes rumanos de la semana pasada, la policía y la Guardia Civil están patrullando a pie varias veces al día, “lo que aumenta la sensación de seguridad ciudadana de los viandantes y disuade los comportamientos incívicos”, destacaron las mismas fuentes.

Asimismo, el ciudadano que en diciembre ya denunció en Mediterráneo la existencia de un piso patera en la calle San Bartolomé, Emilio Requena, señaló que, tras interponer una denuncia en la policía, una patrulla se personó en esta vivienda. Este inmueble estaba siendo ocupado “por varias familias desde mayo, cuando el banco embargó el piso a los propietarios”, según Requena.

Tras este desahucio, “dejaron la casa dos meses, pero volvieron forzando la puerta de la escalera y la del piso y ocupándolo de una manera que creemos ilegal”, explicó. Por ello, los vecinos no respiran tranquilos, “porque aunque estas familias han dejado el inmueble, ya se han ido otras veces pero siempre vuelven”. Además, temen que se hayan instalado en otros pisos de la zona.

Para Requena, la única solución posible “es que la entidad bancaria ejecute su derecho y los eche de la vivienda, porque la mayoría de gente que vive en este bloque son personas mayores que sienten una gran inseguridad y tienen miedo que pase alguna desgracia”.

Así, Requena está recogiendo firmas entre los residentes “para denunciar nuestro sufrimiento y pedir una solución urgente”. En esta tarea no está solo, puesto que cuenta con la ayuda de otra ciudadana de Nules, que también está pasando por una situación muy parecida, “aunque tiene miedo a denunciar”, afirmó. Entre los dos han conseguido ya casi 300 rúbricas, de las que una parte ya se han entregado a la Policía Local “para que vean que el malestar es generalizado y que no podemos seguir en esta situación”.

Las mismas fuentes municipales apuntaron que “somos conscientes de la problemática que existe, ya que al llevar tiempo trabajando sabemos de dónde provienen la mayoría de quejas y denuncias y tenemos los focos de conflicto detectados”. Aun así, “la policía no puede actuar en todos los casos, ya que es muy difícil comprobar que un piso está siendo ocupado por un número concreto de personas”. Entre las medidas se acordó inspeccionar las casas bajo sospecha.