La Comunidad de Regantes de Nules y Mascarell ha sido víctima durante el pasado fin de semana del robo de los contadores de 30 hidrantes --las instalaciones desde las que se distribuye el agua a los campos de cultivo-- situados en la zona de Mascarell y del Caminàs. La sustracción de estos elementos, imprescindibles en la red de riego por goteo instalada en el municipio, supone unos daños que rondan los 30.000 euros, según apunta el presidente de la entidad, Vicente Bertomeu.

Y es que los ladrones no solo se han llevado los contadores, sino que “han forzado las puertas y muchas de ellas están para cambiar y han destrozado el interior de las casetas para extraer lo que querían, a la vez que también faltan algunas válvulas y muchas de las que han dejado han quedado totalmente inutilizadas”.

De esta manera, son alrededor de 170 los regantes afectados por el robo del material --cerrado en el interior de unas casetas--, ya que estos hidrantes daban servicio a 600 hanegadas de cítricos.

Esta no es la primera vez que esta comunidad es víctima de una sustracción de estas características, puesto que en el 2010 “ya sufrimos un incidente similar, aunque la cantidad económica fue menor”, indica Bertomeu.

CAMBIOS

Es por ello que, para evitar más casos, y emulando lo que ya se puso en marcha en otros municipios, como en Almassora, la organización ha decidido “cambiar todos los contadores por otros de plástico y sin nada de metal, que es lo que buscan los ladrones”. La sustitución empezará con los dispositivos sustraídos, aunque “progresivamente se irá haciendo en todos los hidrantes existentes en la red”, asegura.

Bertomeu explica que este hurto “supone un importante impacto económico para la comunidad, que se suma a la complicada situación en la que se encuentra el campo, lo que acaba desmoralizando a los agricultores”. Así, aunque los hechos han sido denunciados ante la Guardia Civil, Bertomeu pide “mayor vigilancia, porque los ladrones conocen la zona y saben lo que hacen”.

En este sentido, el presidente de los regantes de Nules y Mascarell señala que “aunque las puertas de las casetas asaltadas están forzadas, los ladrones las bloquean con piedras para que no queden abiertas; y cierran las válvulas para que el agua no salga y no nos demos cuenta de inmediato de la sustracción”. Además, todos los hidrantes están situados “en la misma zona, porque es la que cuenta con mejores accesos”.