Los vinarocenses ya pueden utilizar el nuevo ecoparque realizado por el consorcio de residuos y que se encuentra situado frente a la depuradora, en las inmediaciones del Camí Rossell, junto al río Cervol. Las instalaciones, que entraron en funcionamiento tras haberse clausurado las anteriores, están abiertas todos los días de la semana.

El edil de Obras y Servicios, José Ramon Tárrega, y miembros del consorcio realizaron ayer una visita a la infraestructura. Tárrega explicó que se trata de un ecoparque de tipo D, con una superficie de 3.400 m2 y que “incluye, cosa que antes no teníamos, recipientes para inertes de obra, que ocasionaban muchos problemas antes a la hora depositarlos, ya que muchos optaban por tirarlos a contenedores o en caminos”.

Asimismo, dispone de recipientes para depositar todo tipo de residuos, con un total de 10 contenedores grandes para los voluminosos, como restos de poda o escombros, y otra zona para aparatos eléctricos y electrónicos y otro tipo de residuos peligrosos.

Por su parte, Jordi Belda, técnico de la empresa adjudicataria, Tecma, explicó que se trata del ecoparque número 22 de la red del consorcio y que, para completar esta infraestructura, falta la instalación de la báscula y del sistema informático de control de pesaje para que los usuarios puedan sumar puntos en reciclaje y repercuta en un menor coste de la tasa de basuras que pagan.

Belda detalló que solo restan por levantar los ecoparques de Orpesa y Peñíscola. Y resaltó que ya existen 22 instalaciones fijas y otras siete móviles.

Respecto a este último, se mantendrá, aunque bajará la frecuencia, pasando de estar tres días a la semana a solo dos días.

Los terrenos del anterior ecoparque fijo de que disponía Vinaròs revertirán en la ciudad. H