Las obras de demolición de las viejas instalaciones serán supervisadas por el arqueólogo municipal. La existencia de una chimenea industrial, declarada bien de relevancia local, obliga a realizar un seguimiento técnico de la intervención. Este hecho también implica la vigilancia de cualquier acción que se realice en el subsuelo de estas viejas instalaciones fabriles.

El propio arqueólogo municipal ha redactado un proyecto de intervención en esta estructura, de ladrillo macizo refractario y en buen estado de conservación. Este técnico será el encargado de dirigir y realizar el seguimiento. Así lo ha autorizado ya la Conselleria de Infraestructuras, a través de su director de Calidad Ambiental, Vicente Tejedo. El Gobierno autonómico advierte de que, en caso de aparición de restos arqueológicos, se deberá detener cualquier actuación que pueda afectar al sustrato arqueológico, delimitar y señalizar las zonas en cuestión para proceder a posteriores estudios. Además, se deberá comunicar inmediatamente a la Unidad de Inspección de Patrimonio.

De igual modo, la Conselleria avisa, en su escrito, que no se podrá “realizar ningún trabajo en el subsuelo de la instalación sin la presencia del arqueólogo autorizado”, matizan. H