Echaban humo ayer las redes sociales con el hastag #FuerzaMora. Un homenaje al torero que hace justo un año sufrió una cogida en la plaza de Las Ventas que lo mantiene apartado de los ruedos. Los ánimos se concentraron ayer en Almassora en uno de sus rodaors, tras tener un percance con el primer toro de la quinta jornada taurina de Santa Quitèria.

Recibió Ismael Lozano a Aguardentero, el Gerardo Ortega de las peñas Santa Quitèria y Amigues del Bou, en una salida codiciosa en la que también se puso Borja antes de que partiera a las calles. De vuelta a la plaza Mayor, el de El K-nut probó al quiebro al animal, recibiendo una fea voltereta. Las consecuencias tuvieron menos trascendencia que el suceso en sí. Fue atendido en la enfermería de un puntazo en el bíceps y trasladado al Hospital General para reconocimiento. El animal se arrancó de largo en la Picaora.

De toreros iba la tarde. Tanto que el segundo, bajo el hierro de Toros de la Reina, llegaba de manos de un maestro: José Miguel Arroyo Joselito. Confiaron en su faceta de ganadero las peñas El Polp, El Bocao, El Gamusino, La Pirula, La Jerga, El Deklive y la Trieka, del mismo modo que en Julián Marín para que templara las primeras embestidas de Tonadillero. Marcado con el número 22 y de imponente presencia, ofreció una actuación de menos a más tras recuperarse de una caída en los minutos primeros de la lidia. Respondió a los cites y metió riñones en las talanqueras.

La tarde taurina continuó con vacas de El Saliner pero también con carretones embolados gracias a la Asociación de Peñas Taurinas de Almassora. Los niños bajaron entonces de cadafals y balcones para pisar calle y tocar pelo. Una buena forma de hacer cantera.

La reina, Paula Muñoz, y sus damas estuvieron un día más al pie del cañón en los actos programados en el ecuador festivo.