El concejal de Medio Ambiente de Benicàssim, Clemente Martí, repasó ayer las acciones que el Ayuntamiento lleva a cabo para combatir la plaga del picudo rojo que desde el 2007 afecta a las palmeras de todo el Mediterráneo. «Nuestra voluntad es frenarla de la manera más perniciosa posible para el insecto pero, a la vez, más ecológica para los ciudadanos. Por eso, a lo largo de los últimos ejercicios, en la localidad se han estado experimentando tratamientos biológicos», explicó Martín.

Una de las iniciativas más efectivas ha sido su captura mediante trampas dotadas de feromonas atractivas para los insectos. Hay un total de 16 escondidas en zonas de arbolado de todo el término que, mensualmente, suelen capturar decenas de ejemplares. Este sistema se lleva realizando desde junio del 2011 y los datos estadísticos muestran un evidente descenso de la incidencia del insecto.