Los periodistas Olga Rodríguez, Karlos Zurutuza y el benicarlando David Meseguer fueron los protagonistas de la segunda edición de Benicarló, una mirada al món, una jornada organizada por la Concejalía de Cultura que pretende acercar al público la realidad de las zonas más conflictivas del planeta desde la óptica los reporteros de guerra.

Olga Rodríguez, abrió el turno de intervenciones y explicó el gran reto que supone informar sobre un conflicto bélico, no solo por las limitaciones y dificultades a las que se enfrentan en el día a día los reporteros que trabajan en esos destinos -sin apenas recursos económicos ni medios técnicos-, sino también por el hecho de tratarse de una mujer. Su condición femenina en estos países, donde las mujeres están prácticamente invisibilizadas, añade más trabas y complicaciones a su labor. "El mayor peligro al que nos enfrentamos todos es el ser atacados. Asumimos que podemos ser víctimas de secuestros o de un fuego cruzado, pero no del considerado, a priori, fuego amigo", señaló Rodríguez, y recordó, entre otros, el caso de José Couso.

Por su parte, Zurutuza cautivó al público contando sus vivencias en la guerra de Siria. Centró su intervención en cómo el pueblo kurdo es capaz de construir en medio del caos. A modo de canto a la esperanza, el periodista contó la historia de un niño de 13 años que se dedicaba a amortajar cadáveres y que soñaba con ser soldado, que, al llegar a la mayoría de edad, cambió su deseo de empuñar armas por estudiar libros y convertirse en universitario. La última de sus obras -Respirando fuego-, de la que es coautor junto con David Meseguer, se presentó durante el trascurso del acto que se llevó a cabo en el salón de actos de la Fundación Caixa Benicarló.

Meseguer y Zurutuza han sido testigos directos de los momentos más duros vividos por la resistencia kurda ante los embates de Estado Islámico en Kobani y en su libro explican cómo es y qué ideales mueven a uno de los pueblos más antiguos de Oriente Medio a tomar las armas.