Debería hacerse un recuento una por una para saber si las fallas de la Vall d’Uixó ganan en número de adeptos, pero lo que es seguro es que crecen en comisiones. La Junta Local Fallera (JLF) ha recibido la comunicación y en el Carbonaire ya casi se huele a fiestas josefinas, porque este es el barrio en el que han decidido ubicarse los fundadores de La que no esperaves, la novena falla de la ciudad, un nombre de lo más apropiado porque así de imprevisto ha sido su nacimiento, aunque lleve meses fraguándose.

A estas alturas, y después de varias décadas desde su implantación de la mano de la Pensat i Fet, llega una nueva comisión que preside Montse Naharro, quien fuera la fallera mayor de la Guitarrista Tárrega --la octava comisión--, de donde proceden todos los integrantes de la directiva.

CUATRO INTENTOS / Cuando comenzaron a hacer las gestiones para poner en marcha esta iniciativa festiva, sus impulsores desconocían que con el suyo ya son cuatro los intentos por llevar las fallas al Carbonaire. Del último de ellos se hizo eco este periódico, Amics del Carbonaire era su nombre, pero se quedó en nada.

En este caso, la directiva se ha cogido muy en serio su proyecto y está dando todos los pasos previos «para hacer las cosas bien», precisó Montse Naharro.

Saben que este año no tendrán monumento «porque no plantamos la Cruz de Mayo», que sería el requisito previo, pero además están a la espera de que la JLF les indique, de acuerdo con el reglamento que regula estas celebraciones en la ciudad, a qué distancia pueden estar unas fallas de otras. La más cercana, en su caso, es La que faltava. De cualquier modo, «tenemos varias ubicaciones miradas», pero esperarán a que les informen para actuar. Lo que tienen claro es que este año habrá actividad, aunque no haya cremà y confían en que los vecinos de este barrio se abonen.