Benicàssim ultima el mobiliario necesario de Villa Elisa para la celebración de bodas civiles, tras el verano, previsiblemente, a partir del mes de octubre. Un momento muy esperado para muchos novios que sueñan con casarse en este palacete frente a la playa del Voramar, que hace muchos años ya acogió este tipo de ceremonias de muchos enamorados. Muy pronto lo hará de nuevo, pero lucirá más si cabe, pues la mansión ha sido restaurada por completo y brilla.

Para ello, el consistorio ha destinado una inversión de 20.000 euros en el capítulo de inversiones reales del presupuesto para este 2021. Con esta partida, el objetivo es «adquirir el mobiliario para dotar la planta de abajo con un mostrador de recepción», según explica la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués.

«Buscamos un diseño muy bonito, que sea por un lado moderno pero que también guarde ese aire de la villa, ese choque de los diseñadores que se mueven entre lo antiguo y lo nuevo. Nos han presentado ya varios diseños», avanza la munícipe. Además, la intención es que sea tipo atril y que sirva para varios tipos de usos, según los eventos que se realicen.

Así, se pretende que sea polivalente y que se pueda desplazar a otra ubicación del edificio, tanto interior como exterior, en función de las necesidades de cada tipo de acto, como podría ser, por ejemplo, sacarlo a la terraza para la presentación de un libro o a la planta de arriba para algún curso.

Además, desde el consistorio se ha trabajado este último tiempo en la restauración de algunos de los muebles antiguos más característicos de la mansión, como es el caso de dos sofás, según indicó la primera edila.

«También una mesa que estaba en el comedor de la casa. La idea es convertirlo en sala de despacho o de reuniones para firmar convenios, acoger la visita de autoridades... y que sea acorde para cualquier acto institucional», según añade, al respecto, Marqués.

Por otro lado, el Ayuntamiento finalmente no subirá el precio de estas celebraciones en Villa Elisa, como se había pensado inicialmente. La intención es mantener el precio que había fijado anteriormente, de alrededor de 300 euros, «ya que nos hemos fijado como objetivo no subir la presión fiscal, ni el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), ni tasas ni precios públicos», según la munícipe.

El objetivo es empezar a dar fecha a los novios interesados en celebrar su boda civil en Villa Elisa «después del verano, para en octubre empezar a hacer bodas», según estima la alcaldesa, Susana Marqués. «Estamos en fase de modificación de la ordenanza», indica. La existente ya contempla estas celebraciones en el palacete. Pero sí que tenemos que redactar un documento de instrucciones, ya que habrá algunas condiciones.

Algunas de las restricciones que se marcarán es que en las bodas en Villa Elisa no se podrán tirar tracas, ni dentro de la parcela ni en el paseo marítimo, ni tampoco el arroz típico que se lanza a los recién casados. El objetivo de fijar estas limitaciones es para mantener en buen estado el espacio, así como para no crear molestias a vecinos o visitantes, o tropiezos. Pero habrá que esperar para conocer toda la normativa.