Tensa jornada la vivida ayer en la Audiencia Provincial de Castellón, donde tres niñas acusaron a un vecino de les Alqueries de varios delitos de abusos sexuales. La Fiscalía pide 17 años de prisión para el acusado, que ayer negó desde el banquillo todos los cargos que pesan contra él. Sin embargo, las declaraciones de las víctimas, que comparecieron por videoconferencia, fueron contundentes. «Lo recuerdo desde que nací porque siempre ha sido mi vecino. Me empujaba contra el sofá, me manoseaba, me daba besos con lengua y se frotaba conmigo», explicó la primera de las afectadas.

Esa misma menor aseguró haber sufrido tocamientos desde los 10 a los 13 años por parte del procesado. «Me inmovilizaba por las muñecas y yo le decía que me quería ir, pero no podía con él. No sabía lo que estaba pasando, pero sabía que aquello no me hacía sentir bien», dijo la todavía menor, quien se derrumbó durante el interrogatorio del abogado defensor y rompió a llorar mientras decía: «¿tengo que aguantar esto después de lo que he pasado?».

"Tenía miedo"

Una amiga de esta primera víctima recordó cuándo se enteró de lo sucedido. «Me lo contó en clase y le dije que eso lo tenía que denunciar. Ella tenía miedo de contárselo a sus padres», aseveró su compañera de colegio.

Por su parte, el padre de la menor dijo no haber observado «nada raro» en la relación de su hija con el acusado hasta que se destapó lo sucedido. La madre, sin embargo, sí aclaró que el comportamiento de la niña «cambió mucho» a raíz de estos hechos. «Para mí, cuando me enteré fue un shock porque yo he estado conviviendo con esa persona y no me lo podía esperar nunca», explicó.

Otra de las denunciantes relató los presuntos abusos a los que el acusado la sometió en una piscina. «Fuimos a la casa que él tiene en las afueras a pasar el día. Mis padres estaban dentro de la casa y yo me quedé con él en el agua. Intentó besarme y me sentó entre sus piernas. Desde entonces siempre he intentado evitarlo», dijo.

La tercera niña lo describió como un hombre «muy pegajoso». «Un día me enseñó su moto y le pedí que me diera una vuelta. Pensaba que sería por nuestra misma calle, pero me llevó en dirección a Nules y empezó a tocarme mientras conducía. Me manoseaba las nalgas y yo quería irme de allí, pero no me podía bajar», explicó la joven a los magistrados.

Por su parte, el procesado lo negó todo. «Ella era la que siempre nos buscaba a mi mujer y a mí --dijo respecto a la primera afectada--. Nunca le he hecho nada malo», se defendió el acusado. El juicio quedó visto para sentencia.